MÉXICO D.F.- El candidato favorito en las elecciones presidenciales del domingo, Andrés Manuel López Obrador, ofreció en su discurso de victoria la promesa de transformar a México que demostró que lo que busca es un cambio a los partidos políticos tradicionales que no han logrado combatir la violencia y son los protagonistas de la corrupción. Sin embargo, Obrador se mostró conciliador y aseguró que encabezará una reforma radical pacificadora atender a los más pobres.
Por primera vez, un político de corte izquierdista gobernará el país de habla hispana más grande del mundo, el vecino del sur de la gran potencia universal. Según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral, López Obrador logró entre 53% y 53,8%, aventajando a Ricardo Anaya que sacó entre 22% y 22,8% y José Antonio Meade llego al 16,3%, lo que significa que AMLO es el presidente con mayor respaldo en la historia de México.
Esta victoria de la izquierda supone un terremoto político. El partido de López Obrador, Morena, gobernará también en la Ciudad de México y obtiene el poder en varias gobernaciones a lo largo y ancho del país. El triunfo de AMLO es la constatación de que el país exige un cambio a gritos.
Sin embargo, el principal reto para el nuevo presidente quien asumirá el 1 de diciembre, en estos cinco meses es superar la polarización generada durante la campaña repleta de crispación. Si bien, el líder de Morena ha sabido incorporar detractores a su proyecto, sigue teniendo fervorosos críticos que no confían en él y quienes consideran que la aparente moderación de su discurso es una fachada. Ahora el presidente entrante deberá despejar los fantasmas que lo consideran autoritario y que gobernará para todos los mexicanos.
La aplastante victoria de AMLO le da un vuelco de 360 grados al sistema tradicional de político de México. Desde 1988 en el país azteca la política ha girado en torno al partido hegemónico PRI, el conservador PAN y el progresista PRD. La coalición formada por López Obrador con el partido Encuentro Social le propinó una mayoría en el Congreso jamas soñada para la izquierda de este país.
México afronta desde hoy una nueva era. Un reto que trasciende a un país de 120 millones de personas que ha decidido abrir la puerta al poder de la izquierda como último recurso ante la imparable violencia que azota a todo el territorio mexicano y la corrupción en todas las esferas del sistema.