BRASILIA.— El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, solicitó una «amplia» presencia de observadores internacionales en las elecciones presidenciales de julio en Venezuela durante una conversación telefónica con el mandatario Nicolás Maduro, según informó oficialmente Brasilia.
La solicitud de Lula se produce pocos días después de que la autoridad electoral venezolana, alineada con el gobierno, retirara su invitación a la Unión Europea (UE) para observar los comicios en los que Maduro busca un tercer mandato consecutivo, extendiendo su tiempo en el poder a 18 años.
Lula reafirmó a su homólogo venezolano «el apoyo brasileño a los acuerdos de Barbados y destacó la importancia de contar con una amplia presencia de observadores internacionales«, informó la presidencia de Brasil.
El presidente brasileño también expresó su esperanza de que «puedan ser levantadas» las sanciones internacionales contra Venezuela, para ayudar a que el proceso electoral avance en un «clima de confianza y entendimiento».
Durante la llamada, Lula y Maduro también discutieron las relaciones bilaterales, en especial el «interés mostrado por muchos empresarios brasileños» en reinvertir y comerciar con Venezuela, así como una renegociación de la deuda.
En los comicios programados para el 28 de julio, Maduro se enfrentará inicialmente al diplomático Edmundo González Urrutia, una alternativa inesperada ante el bloqueo de candidaturas opositoras.
La UE había sido invitada a observar las elecciones según un acuerdo entre delegados de Maduro y partidos de la oposición, pero el Consejo Nacional Electoral (CNE) revocó la invitación después de que el bloque europeo ratificara sanciones contra funcionarios del gobierno chavista.
La líder opositora venezolana María Corina Machado, favorita en las encuestas pero inhabilitada para ejercer cargos públicos, acusó a Maduro de tener «miedo» a la observación internacional.
La candidatura de González Urrutia surgió después de que el CNE excluyera a una candidata designada por Machado, una decisión que Lula, considerado cercano al gobierno de Maduro, calificó en marzo como «grave».