BRASILIA.— El presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobrevoló este domingo 53 de los 64 municipios declarados en situación de emergencia en el estado de Maranhao, uno de los más pobres y localizado en el noreste de Brasil.
Con una comitiva ministerial, Lula se desplazó a la región más afectada y visitó un albergue para personas damnificadas en el municipio de Bacabal, donde recordó que a sus 19 años pasó varias noches en ese tipo de campamentos por las inundaciones de su casa en São Paulo.
«Ya viví en barrios en los que el agua subía hasta un metro y medio y uno se levantaba con cucarachas, ratones y sanguijuelas en la pantorrilla. Por eso sé lo que este pueblo pasa (…). Y no da tiempo para sacar los muebles, las cosas», comentó Lula a periodistas.
La visita a la región se da dos días antes de embarcar para su visita oficial a China y Emiratos Árabes Unidos. «
Voy a estar siete u ocho días por fuera (de Brasil) y no podía viajar para otro país sin visitar los estados brasileños que están con problemas por las inundaciones y Maranhao es el estado que está con la situación más difícil ahora», apuntó Lula.
Fui hoje ao Maranhão em uma demonstração de solidariedade a todos os atingidos pelas chuvas. Trabalharemos junto com o Estado e municípios pelo povo do Maranhão.
🎥: Audiovisual/PR pic.twitter.com/pPi0xfn12D
— Lula (@LulaOficial) April 10, 2023
En el Día de Pascua y en víspera de sus primeros cien días en el tercer mandato que asumió el pasado 1 de enero, Lula pidió la “unión” de gobernadores, alcaldes, políticos y la sociedad para sacar adelante sus soluciones de vivienda popular y evitar más desastres por las lluvias.
Las fuertes lluvias, que se intensificaron desde marzo, han dejado hasta ahora seis personas muertas y casi 36.000 familias afectadas, de las cuales 7.500 tuvieron que dejar sus residencias por inundaciones y deslizamientos en esa región.
Algunas comunidades han quedado aisladas y el acceso a las mismas solo es posible en lanchas o helicópteros, después de que varios ríos se desbordaron.
El Gobierno federal destinó en marzo 3,8 millones de reales (unos 760.000 dólares) para las canastas familiares y restaurantes populares que atienden los albergues de personas damnificadas en más de veinte municipios.