BOGOTÁ.— Brasil y Colombia propusieron la repetición de las elecciones presidenciales en Venezuela, una opción que no parece interesar ni al presidente reelecto Nicolás Maduro ni al candidato opositor, quien denuncia fraude y acusa a Maduro de «jugar con la vida de millones» al bloquear una «transición».
El Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Maduro ganador de los comicios del 28 de julio con el 52% de los votos, aunque no ha revelado detalles del escrutinio, alegando que sufrió un «ataque ciberterrorista».
La oposición, encabezada por María Corina Machado, publicó en un sitio web copias de más del 80% de las actas escrutadas, que según ellos demuestran que su candidato, Edmundo González Urrutia, ganó con el 67% de los votos.
González, en un video difundido en redes sociales, hizo un llamado a Maduro para que respete la voluntad del pueblo venezolano, acusándolo de llevar al país a un «abismo económico y social» al impedir un cambio político. Además, subrayó la necesidad de una transición para garantizar un futuro de estabilidad, prosperidad y paz en Venezuela.
Ante la propuesta de nuevos comicios por parte de los presidentes de Brasil y Colombia, Machado calificó como «una falta de respeto» desconocer lo ocurrido el 28 de julio, afirmando que las elecciones ya tuvieron lugar y la sociedad venezolana se expresó.
Por su parte, Maduro, quien acusa a González y Machado de intentar un «golpe de Estado», no se refirió directamente a la propuesta de sus pares, pero insistió en que los conflictos en Venezuela deben resolverse internamente, conforme a la ley y la Constitución del país.
Maduro también solicitó a la corte suprema que «certifique» los comicios, en medio del desconocimiento de su reelección por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países de América Latina.
Mientras la comunidad internacional demanda un escrutinio más transparente, Brasil y Colombia encabezan los esfuerzos para resolver la crisis postelectoral, que ha resultado en 25 muertes y más de 2.400 detenidos.
Lula sugirió nuevas elecciones con la participación de todos los candidatos y la presencia de observadores internacionales, mientras Petro pidió en X «nuevas elecciones libres» con garantías políticas plenas y el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela. Maduro respondió que cada país debe resolver sus asuntos internos sin interferencias externas, rechazando cualquier intento de Estados Unidos de actuar como autoridad electoral en Venezuela.
Por otro lado, el Parlamento venezolano aprobó una ley que permite fiscalizar a las ONG, lo que activistas temen podría restringir derechos civiles. Esta nueva ley, que forma parte de un paquete legislativo impulsado por Maduro, obliga a las ONG a registrarse y detallar sus donaciones, con sanciones que incluyen multas de hasta 10.000 dólares y la posible disolución de las organizaciones que incumplan.