CARACAS.— El presidente venezolano, Nicolás Maduro, fue reelegido para un tercer mandato consecutivo de seis años, a pesar de las acusaciones de fraude de la oposición, que declaró la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), alineado con el oficialismo, confirmó a Maduro con 5,15 millones de votos (51,2%) tras contar el 80% de los sufragios. González Urrutia obtuvo 4,45 millones de votos (44,2%), según el primer informe.
La reelección de Maduro fue rápidamente cuestionada por Estados Unidos, Chile, Perú, Costa Rica, Guatemala, Argentina, España, Uruguay y la Unión Europea, que pidieron una «total transparencia» en el recuento.
En contraste, Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia felicitaron al mandatario. Maduro, en el poder desde 2013, podría permanecer en la presidencia hasta 2031, superando solo al dictador Juan Vicente Gómez, quien gobernó durante 27 años.
En sus primeras declaraciones tras el anuncio, Maduro prometió «paz, estabilidad y justicia» y se dirigió a sus seguidores en el palacio presidencial de Miraflores. La elección fue planteada por Maduro como una decisión entre «paz o guerra», advirtiendo sobre un posible «baño de sangre» en caso de victoria de la oposición, lo que generó críticas de líderes como Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric.
La oposición alegó fraude y se autoproclamó ganadora con el 70% de los votos frente al 30% de Maduro. González, representante de la opositora María Corina Machado, acusó graves violaciones a las normas y proclamó a González Urrutia como el nuevo presidente electo. Machado denunció el proceso como un desconocimiento de la voluntad popular.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, mostró «seria preocupación» por la proclamación de Maduro y pidió un recuento de votos. Costa Rica calificó la elección de «fraudulenta», mientras que Chile consideró los resultados como «difíciles de creer» y Perú convocó a consultas a su embajador en Caracas. El presidente argentino, Javier Milei, apoyó la «victoria aplastante» de González Urrutia y exigió que las Fuerzas Armadas defiendan la democracia.
Durante la jornada electoral, la oposición reportó irregularidades, incluyendo la restricción del acceso de sus testigos a los centros de votación y la falta de copias de las actas de votación. También se denunció el arresto de unas 150 personas vinculadas a la campaña, 37 de las cuales fueron detenidas en los últimos días. A pesar de que la mayoría de las encuestas favorecían a la oposición, Machado pidió a sus seguidores mantenerse en los centros de votación y seguir con la vigilancia.
El presidente del CNE, Elvis Amoroso, reportó una «agresión contra el sistema de transmisión de datos» que retrasó el conteo. Maduro, celebrando con sus seguidores, también mencionó un «jaqueo» al sistema electoral. La participación en las elecciones fue del 59%, y aunque el Centro Carter envió una pequeña delegación, no pudo realizar una evaluación completa del proceso como se esperaba. Un panel de expertos de la ONU también supervisó la votación, pero su informe será confidencial y solo se compartirá con el secretario general António Guterres.
