CARACAS.- Cerca de asumir su segundo mandato, después de reelegirse en comicios desconocidos por la Unión Europea, Estados Unidos y una docena de países de la región, el gobernante de Venezuela intenta encontrar el apoyo necesario en sus aliados.
Más temprano, en su primera visita oficial a Caracas, marcada por las promesas de inversión, Erdogan rechazó las sanciones contra Venezuela por parte de Estados Unidos, país con el que también mantiene tensas relaciones.
“Turquía está al lado de Venezuela en esto”, declaró el presidente turco durante un foro de negocios, en alusión a Washington.
Estados Unidos aplica sanciones a Caracas desde 2014, alegando que el gobierno de Maduro es una “dictadura” que viola los derechos humanos, sin haber descartado de plano una intervención militar.
Las sanciones arrecieron a fines del año asado con la prohibición a ciudadanos y empresas estadounidenses de negociar nueva deuda con Venezuela y su petrolera estatal PDVSA, lo que cierra las puertas al financiamiento internacional y dificulta el comercio y dificulta el comercio exterior.
Erdogan insistió en que “las restricciones comerciales y las sanciones son algo erróneo” según la traducción de un intérprete. El mandatario turco se comprometió a ayudar a Maduro a enfrentar la profunda crisis económica venezolana, reflejada en escasez de alimentos y medicinas y una inflación que, según el FMI, llegará a 1.350.000% este año y a 10.000.000% en 2019
La crisis obligó a unos 2,3 millones de venezolanos a emigrar desde 2015, lo que según la ONU constituye el movimiento de población más masivo de la historia reciente de América Latina.
Con la producción petrolera en picada, Maduro, invitó a a Turquía a invertir en la explotación de una vasta reserva minera conocida como el Arco del Orinoco, con yacimientos de oro, diamante y coltán, entre otros minerales.
Según el presidente venezolano, el intercambio entre Turquía y Venezuela llegará este año a unos 800 millones de dólares.