BEIRUT.— Desde el 23 de septiembre de 2024, cuando comenzó el conflicto abierto entre Israel y el grupo Hezbolá, más de 400.000 personas han huido del Líbano hacia Siria, según informaron las autoridades libanesas el 7 de octubre.
Esta cifra incluye a 300.774 sirios y 102.283 libaneses. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) añadió que también han cruzado la frontera palestinos, sudaneses y ciudadanos de otros países.
Human Rights Watch (HRW) alertó sobre el «grave riesgo» para los civiles desplazados debido a los ataques israelíes en la frontera entre Líbano y Siria, lo que además dificulta las operaciones humanitarias.
El 4 de octubre, las tropas israelíes llevaron a cabo una incursión cerca del cruce fronterizo de Masnaa, cortando la carretera entre ambos países, lo que imposibilitó el tránsito, según un funcionario del Ministerio de Transportes sirio, Sleiman Khalil.
A pesar de la disminución en el número de personas que cruzan la frontera, Filippo Grandi, Alto Comisionado de ACNUR, señaló que cientos continúan haciéndolo a través de otros puntos fronterizos.
Israel acusa a Hezbolá de utilizar esta ruta para el tráfico de armas, y el ejército israelí afirma haber atacado un túnel subterráneo cerca del cruce de Masnaa, utilizado para dicho contrabando.
HRW advirtió que los ataques israelíes impiden la huida de civiles y obstaculizan la ayuda humanitaria, colocando a la población en grave peligro. Asimismo, subrayó que un ataque a un objetivo militar puede ser ilegal si provoca daños desproporcionados a civiles. La ONG también criticó a Hezbolá por no tomar las precauciones necesarias para proteger a los civiles si está utilizando la frontera para trasladar armas.
Las autoridades libanesas informaron que, desde el inicio de los ataques israelíes, más de 400.000 personas, principalmente sirios y libaneses, han huido hacia Siria.