BERLÍN.- Tras 18 años al frente, la canciller alemana, Ángela Merkel, se despidió ayer de su liderazgo en la Unión Demócrata Cristiana (CDU) con un discurso centrado en la cohesión y el centrismo.
A través de su experiencia, Merkel enumeró los valores y desafíos del partido ante los miembros del Congreso que deberá elegir a quien la sustituya. El desafío es mantenerse y liderar unidos, siempre desde la vocación centrista que caracteriza a la CDU, afirmó.
Se refirió también al crecimiento del partido de ultra derecha, Alternativa para Alemania (AfD) y afirmó que el país atraviesa momentos de polarización social, por eso es importante destacarse y diferenciarse. «Nosotros no incitamos al odio ni aislamos a nadie, no discriminamos. No hacemos diferencias entre el respeto a la dignidad humana. Nos desmarcamos de quienes lo hace y representamos valores democráticos«, aseguró.
La canciller no dio favoritismos sobre quién la reemplace, pero sí dejó un gran desafío central al equipo y en especial a quien tome su lugar en el futuro: seguir liderado. En su discurso recordó que hace más de 50 año la CDU está presente en el Ejecutivo y el objetivo central del partido es no perder su lugar.
El discurso de la líder fue mucho más corto de lo habitual, pero eso no significó que las ovaciones estuvieran ausentes. Merkel fue interrumpida varias veces por aplausos y el momento más emotivo de su ponencia fue cuando agradeció a los colaboradores files que no son reconocidos por la mayoría de los ciudadanos.