CIUDAD DE MÉXICO.— Representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos se reunieron en la sede de la Cancillería mexicana en la capital del país, con el propósito de organizar el encuentro entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la delegación estadounidense encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken. Este encuentro tiene como objetivo abordar la crisis migratoria en la región.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México informó en un comunicado que el martes por la mañana «una avanzada de funcionarios estadounidenses» estuvo preparando la reunión, la cual será liderada por Blinken y contará con la presencia del Secretario de Seguridad, Alejandro Mayorkas, y la Asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood Randall, del lado estadounidense.
«La visita de la delegación de alto nivel, por invitación del presidente López Obrador, representa una oportunidad para reafirmar la cooperación bilateral en materia de movilidad humana, particularmente para la gestión regular de flujos migratorios, así como para la expansión de vías legales para la migración», expresó la SRE en un mensaje publicado en la red social X.
La Cancillería mexicana añadió: «La respuesta positiva del presidente Biden para que la delegación estadounidense acuda a la invitación de México es muestra del diálogo continuo y respetuoso que sostienen ambos países».
Este encuentro fue acordado por los dos mandatarios la semana pasada, cuando Biden expresó su preocupación por la magnitud de la crisis migratoria, que ha llevado a Estados Unidos a cerrar varios puertos fronterizos durante algunos días.
El Departamento de Estado señaló en un comunicado que la comitiva liderada por Blinken se reunirá personalmente con López Obrador para abordar «la migración irregular sin precedentes» en la región y buscar medidas que permitan la reapertura de todos los puertos fronterizos.
Además, Blinken insistirá en el cumplimiento de la Declaración de Los Ángeles, en la que una veintena de países latinoamericanos, incluido México, se comprometieron a ofrecer vías legales de estancia a los migrantes para reducir la presión migratoria hacia Estados Unidos.
En vísperas de la visita de la delegación estadounidense, una caravana de más de 10.000 migrantes partió en Nochebuena desde la frontera sur de México hacia Estados Unidos.