CIUDAD DE MÉXICO.— La revisión del Acuerdo Global México-Unión Europea, que se prevé ratificar en febrero de 2026, busca reforzar la cooperación económica, la inversión sostenible y la diversificación del comercio exterior, en un contexto internacional marcado por la volatilidad geopolítica y la transición energética.
La Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea celebró este martes una sesión dedicada a analizar la modernización del acuerdo vigente desde 2000. El nuevo pacto actualizará los capítulos de comercio, cooperación política y desarrollo sostenible, y representa un paso decisivo hacia una integración económica más amplia entre el bloque europeo y el país norteamericano. Con un intercambio comercial superior a los 82.000 millones de euros en 2024, la modernización apunta a eliminar barreras arancelarias y a promover sectores clave como la energía limpia, la innovación tecnológica y la digitalización industrial.
Un salto en la relación bilateral
Durante la sesión, la presidenta del Senado mexicano, Laura Itzel Castillo, subrayó que el acuerdo renovado permitirá fortalecer el mercado interno y diversificar las exportaciones frente a un entorno global “cada vez más incierto”. En la misma línea, el embajador europeo en México, Francisco André, destacó que la asociación estratégica entre ambas regiones “no se limita al comercio, sino que busca consolidar un sistema internacional basado en reglas y cooperación”.
México es el socio comercial más importante de la UE en América Latina, mientras que la Unión Europea se mantiene como el segundo socio comercial del país, solo detrás de Estados Unidos.
Ejes de la modernización: sostenibilidad y digitalización
La copresidenta de la comisión, Beatriz Robles Gutiérrez, afirmó que la modernización del Acuerdo Global simboliza “un nuevo capítulo de cooperación que prioriza la justicia social, la sustentabilidad ambiental y la transformación digital como motores de bienestar”.
El texto negociado incluye apartados sobre comercio electrónico, contratación pública, protección laboral, igualdad de género y transición verde. También refuerza el compromiso de ambas partes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la reducción de emisiones industriales.
La modernización del pacto busca alinear los flujos comerciales con los estándares ambientales y sociales de nueva generación. Para la Unión Europea, el acuerdo representa además una herramienta estratégica para asegurar el suministro de materias primas críticas, fortalecer las cadenas de valor regionales y ofrecer un marco jurídico estable para las inversiones.
Hacia una asociación renovada en 2026
El eurodiputado Antonio López-Istúriz, copresidente europeo de la comisión, calificó el pacto como “la piedra angular de las relaciones bilaterales” y defendió su papel como garantía frente a la fragmentación comercial global. El documento, que deberá ser ratificado por el Parlamento Europeo y el Senado mexicano, sustituirá al tratado de 2000 con un modelo de cooperación más amplio y equilibrado.
Si se cumple el calendario previsto, el nuevo Acuerdo Global entrará en vigor en febrero de 2026, abriendo una etapa de prosperidad compartida entre ambas regiones.
La representante de la Cancillería mexicana, Catalina López Portillo, cerró la sesión con un llamado a la ratificación del texto, destacando que “las innovaciones incluidas propiciarán una interacción renovada y productiva entre México y la Unión Europea”.
Con la renovación del Acuerdo Global, ambas partes se preparan para redefinir su relación económica en clave de sostenibilidad, tecnología y competitividad, impulsando un modelo de cooperación que aspira a ser referente en la próxima década.
