WASHINGTON.- Michael Cohen, exabogado, del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró esta semana que está dispuesto a contar “todo lo que sabe” a fin de colaborar con la justicia y evitar una posible visita a la cárcel.
Cohen está bajo investigación federal en Nueva York por sus negocios. La justicia investiga, además, si los pagos que realizó para silenciar denuncias de mujeres en contra de Trump violaron la ley.
En agosto de 2016, salió a luz pública la historia de Karen McDougal, una exmodelo de Playboy, quien aseguró haber tenido una relación amorosa de diez meses con Trump (entre 2006 y 2007), justo después de que Melania diera a luz a Barron, hijo menor de Donald Trump.
Esta semana Cohen, a través de su abogado, entregó a la cadena de noticias CNN la grabación de una conversación con Trump. La cinta, en poder del FBI, revela un diálogo en el cual los antiguos socios mencionan un millonario pago a David Becker, director del semanario sensacionalista National Enquirer, quien compró la exclusiva de la historia de Karen McDougal.
Esto hizo explotar al presidente Trump quien hizo su descargó en Twitter y escribió “qué tipo de abogado grabaría a un cliente”. Muy triste. En meses anteriores Trump se jactaba de la lealtad de su abogado y durante una entrevista señaló:” Se equivocan si esperan que Cohen rompa su lealtad”. No lo veo haciéndolo”.
Colegas de Cohen señalan que este tipo de acciones sentenciaron al abogado de por vida “es como un acta de defunción profesional”, señalan los letrados. “A la mayoría de los abogados les molesta que un colega realice este tipo de acciones como filtrar material exclusivo de su cliente”, dijo el abogado constitucional Cameron Turley a The Washington Post. “Pero Michael Cohen no es un abogado común. Desde hace tiempo se lo considera como la vergüenza de la profesión”, agregó Turley.