Militar voluntario en Ucrania: “Deben dejar de venir acá”

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Mercenarios

KIEV.— Miles de mercenarios internacionales llegaron y continúan viajando a Ucrania para combatir al ejército ruso, pero cada vez son más los combatientes que se dan la vuelta, especialmente después de casi 200 de ellos fuesen eliminados con misiles crucero.

Ya hubo testimonios de otros mercenarios, incluido uno de Brasil y otro de Perú, y ahora a ellos se unió otro estadounidense. El joven, cuyo supuesto nombre es Henry Lock, narró su historia, lo que ocurre en el frente y por qué desaconseja a todos ir a Ucrania.

El mercenario dijo que formaba parte de la Legión Nacional de Georgia, que integraba a la 102 unidad de defensa territorial de Ucrania.

“Nuestra base se la cargaron, al base de al lado también se la cargaron. Estadounidenses, británicos, un montón de británicos han muerto. No dicen nada, cuenta a nuestros fallecidos como si fueran los suyos”, comentó el joven narrando lo que ocurrió en una base de mercenarios en la parte occidental de Ucrania.

Asimismo, aseguró que intentaron enviarlos a Kiev sin darles armas o chalecos antibalas. De acuerdo con su testimonio, a los más afortunados que les tocó un arma solo les dieron cargadores con unos 10 cartuchos. Ante tales circunstancias, el grupo entero, que estaba compuesto por estadounidenses, británicos y canadienses, se negó a seguir adelante.

“Así que nos dijeron que nos fuéramos o nos dispararían por la espalda”, narra la historia del mercenario estadounidense.

Al llegar a la frontera en la parte trasera de una ambulancia, solo encontraron más problemas. El primero de ellos es que al ver a cualquier persona con uniforme y equipo militar, lo sacan de la cola, le cortan el pasaporte y lo envían de regreso al combate.

Al saberlo, se bajaron del auto a unos cinco kilómetros de la frontera, se quitaron el equipo militar y lo dejaron en una cuneta. Según el joven, les dieron chalecos de la Cruz Roja y unos pases humanitarios, que les ayudaron a salir por la frontera de Ucrania.

“La gente debe dejar de venir acá: es una trampa y no te dejarán ir. Esto es un desastre, y una trampa. Y tengo a mucha gente que me puede confirmar la historia”, concluyó el joven.

En la misma línea, Martín Ríos, un colombiano de 27 años, se unió al ejército de Ucrania y casi muere en un bombardeo ruso, por lo que decidió advertir a quienes desean ir a pelear una guerra que no es la suya.

“Escuche el llamado del presidente Volodímir Zelenski, en el cual se abría la posibilidad de que mercenarios extranjeros se unieran a sus fuerzas para combatir contra Rusia. Con un grupo de excompañeros de la legión francesa y española viajé hacia la frontera entre Polonia y Ucrania”.

 Por esa vía, mientras muchos ucranianos buscaban abandonar el país, nosotros entrábamos para enfilar armas.

Una vez en Ucrania, nos llevaron hasta Yavoriv, donde se ubica una de las bases más importantes de las fuerzas de Ucrania. “Enlistarnos fue sencillo: «firmar un documento y recibir la dotación, la cual no era más que el uniforme y un fusil”.

“De entrada, la sensación que se percibía era que iba a combatir con jóvenes inexpertos que quizá todavía no dimensionaban que esto es una guerra”. Mientras los bombardeos rusos se acercaban a la base, me entraban dudas sobre la guerra en la cual había decidido entrar: escaseaba la munición y cada día ingresaban más y más civiles sin experiencia, cualquiera de sus movimientos podría cobrarnos la vida a decenas.

Mientras nosotros apenas empuñábamos un fusil, los rusos rompían cualquier formación con un poderoso armamento.