Moscú y Damasco instan a Washington a retirar sus tropas

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MOSCÚ.- Rusia y Siria pidieron a Estados Unidos que salga del país devastado por la guerra y que permita que las personas que se encuentran dentro de un campo de refugiados en el sureste sean evacuadas por las fuerzas rusas y sirias.

Una declaración conjunta emitida el miércoles por el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que las fuerzas rusas y sirias habían preparado autobuses para reubicar a los refugiados en el campamento en el área de Rukban y les garantizarían un paso seguro para que pudieran comenzar una nueva vida.

Decenas de miles de refugiados sirios enfrentan duras condiciones de vida en el campamento de Rukban, cerca de la frontera entre Siria y Jordania, a pesar de los intentos rusos de establecer «corredores humanitarios» en la región la semana pasada.

«También hacemos un llamado a Estados Unidos, cuyas unidades militares se encuentran ilegalmente en territorio sirio, a que abandonen el país», se lee en el comunicado conjunto emitido el miércoles.

Estados Unidos había dicho a principios de este mes que dejaría a unas 400 tropas estadounidenses divididas entre dos regiones diferentes de Siria, un revés del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que podría allanar el camino para que los aliados de Washington mantengan tropas en Damasco.

El movimiento para mantener una pequeña fracción de las más de 2.000 fuerzas estadounidenses que luchan actualmente contra Estado Islámico en el noreste de Siria se produjo en medio de duras críticas a la decisión de Trump de retirar a todos los soldados estadounidenses del país en guerra. Los críticos han advertido sobre una serie de posibles resultados de una repentina retirada, incluido un ataque turco contra las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por los kurdos, las principales aliadas de Washington en la lucha contra ISIS, así como el resurgimiento del grupo armado.

La presencia de ISIS se ha limitado a la aldea de Baghouz, en Deir Az Zor. Sus combatientes están al borde de la derrota, pero un resurgimiento futuro del grupo se ha convertido en preocupación entre los estados europeos, que se niegan a repatriar a los combatientes extranjeros de Estado Islámico.

Trump anunció la decisión de mantener las tropas en Siria después de que habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que quiere establecer una zona segura a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria. Erdogan sostiene que la zona debe ser despejada de la milicia kurda YPG, respaldada por Estados Unidos, que Ankara considera un grupo «terrorista» vinculado al proscripto Partido de los Trabajadores del Kurdistán.