Muller aceptó testificar sobre trama rusa públicamente

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WASHINGTON.- El fiscal especial estadounidense Robert Mueller aceptó dar testimonio público sobre el “rusiagate” ante los comités de Justicia e Inteligencia de la Cámara en julio acatando una citación, anunciaron las dos instancias en un comunicado conjunto.

Mueller testificará ante ambos comités el 17 de julio acerca de su investigación sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, según el comunicado conjunto.

“Los estadounidenses han pedido escuchar directamente al fiscal para poder entender lo que él y su equipo examinaron, descubrieron y determinaron sobre los ataques de Rusia a nuestra democracia, la aceptación y uso de la campaña de Trump de esa asistencia, y la obstrucción practicada por el presidente Trump y sus asociados en la investigación de esos ataques”, apuntó el comunicado.

Mueller concluyó en marzo su investigación de 22 meses con la presentación de un informe ante el fiscal general, William Barr.

El informe señaló que no hubo evidencia de que la campaña de Trump haya conspirado con el gobierno de Rusia durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, pero no determinó si el presidente había obstruido la justicia.

Mueller enumeró diez episodios en su informe que involucran a Trump y discutió potenciales teorías legales para conectar estas acciones con elementos para un cargo de obstrucción.

El Departamento de Justicia determinó que Mueller no tuvo evidencia “suficiente” para apoyar un cargo de obstrucción, una medida que atrajo al escrutinio de los demócratas.

Durante sus primeras declaraciones públicas de su informe en mayo, Mueller dijo que si su oficina “hubiera tenido la certeza de que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho”.

La Constitución “requiere de un proceso adicional al sistema de justicia penal para acusar formalmente al presidente en ejercicio de un acto indebido”, añadió.

Trump negó categóricamente las investigaciones de Mueller, describiéndolas como una “cacería de brujas” o un ataque impulsado por motivaciones políticas del partido opositor demócrata.