JERUSALÉN.- Después de ser acusado de corrupción Netanyahu ahora da la batalla con la oposición que pide la renuncia del primer ministro y la coalición de derecha que defiende al líder del Likud.
Sus sostenedores alegan, con énfasis, que tiene todo el derecho a permanecer en el cargo que ocupa. El primer paso fue dado por la coalición Azul y Blanco, Benny Gantz, el gran detractor centrista de Netanyahu en las últimas dos elecciones, quien le pidió al Fiscal General Avichai Mandelbit que obligue al primer ministro a abandonar inmediatamente las cuatro carteras ministeriales que ocupa.
Además de ser primer ministro, Netanyahu, es titular de Salud, Agricultura y Asuntos Sociales.
Netanyahu afirmó a través de un video en Facebook que “todo este proceso será al final decidido en tribunales. Aceptaremos la decisión y sobre esto no hay duda”. “Siempre hemos actuado, de principio a fin, de acuerdo con la ley”, aseveró.
Netanyahu reiteró que sus acusaciones la magistratura y a la policía, sobre la cual “hay que hacer una verificación”.
Entretanto, el movimiento para la calidad del Gobierno, una organización que se hacer llamar apolítica, anunció una importante manifestación pública para el 30 de noviembre para “expulsar” a Netanyahu.
Uno de sus principales rivales internos, Gideon Saar, ha señalado que si Israel tiene que convocar unas terceras elecciones, exigirá que se celebren primarias y desafiará a Netanyahu.