LONDRES.— Varios trabajadores del sector Salud salieron a las calles este lunes, en lo que los sindicatos describieron como la mayor huelga de la historia de la sanidad pública de ese país.
El paro se sumaba a una serie de acciones que ha trastocado la rutina de los británicos durante meses, conforme los trabajadores, principalmente del sector público, reclaman subidas salariales para mantener el ritmo de la inflación de dos dígitos.
Los maestros, trabajadores sanitarios y muchos otros señalan que sus salarios se han quedado desactualizados durante la última década, y una crisis de coste de la vida disparada por un brusco aumento en los precios de la comida y la energía ha hecho que muchos tengan problemas para pagar las facturas.
Profesores, conductores de tren, gestores de equipajes en aeropuertos, personal de fronteras, instructores de conducción, conductores de autobús y trabajadores postales también han protestado por una mejora salarial.
La tasa anual de inflación en Gran Bretaña era del 10,5% en diciembre, un récord de 41 años. El gobierno conservador alega que subir el sueldo a los funcionarios un 10% o más impulsaría aún más la inflación.
Los sindicatos piden un aumento de sueldo para este año, pero el gobierno dice que solo negociará sobre el próximo. El secretario de Salud, Steve Barclay, exhortó a los gremios a suspender los paros, “mirar hacia delante y entablar un diálogo constructivo” sobre el salario para 2023 y 2024.