ONU revela abusos en mercados florecientes de Corea del Norte

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PYONGYANG.- Los norcoreanos que trabajan en cientos de mercados que surgieron tras el fallo del sistema público de distribución de productos básicos, sufren abusos y están obligados a recurrir al soborno para sobrevivir, aseguró Naciones Unidas en un informe publicado el martes.

Corea del Norte es oficialmente un nación socialista, pero ha tolerado alguna actividad de mercado desde que el sistema de racionamiento público colapso ante una crisis económica  y una devastadora hambruna a medidos de la década de 1990.

Pero las pobres medidas reformistas y un código criminal no muy conciso hacen que las autoridades puedan extorsionar dinero y otros favores a los trabajadores de los mercados informales bajo la amenaza del arresto y detención, señaló la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en el documento.

“La gente está atrapada en un círculo vicioso, en el que el fallo del Estado para proporcionar necesidades básicas para vivir les obliga a recurrir a mercados rudimentarios donde enfrentan una serie de violaciones de los derechos humanos en un ambiente de incertidumbre legal”, explicó Naciones Unidas en un comunicado separado.

La oficina de la ONU basó su reporte en 124 testimonios de primera mano de norcoreanos que escaparon de su país y se reasentado en Corea del Sur. El organismo no tiene acceso al país hermético para investigar de forma independiente sus derechos humanos.

Pyongyang es extremadamente sensible a cualquier crítica externa sobre su registro de derechos, que califica de provocación para difamar a su gobierno, controlado por la misma familia desde hace 70 años.

Tras el rotundo fracaso del sistema de distribución público, el país aceptó dar algunos pasos para legalizar y regular algunos de sus florecientes mercados. Entre esas medidas estaban cobrar por alquiler de puestos, controlar los precios y monitorear qué productos se vendían. Sin embargo, el reporte de la ONU dice que las iniciativas del gobierno no estaban muy arraigadas.

El sistema sirve más bien para legitimar las violaciones de derechos humanos, sostiene el documento, y los funcionarios norcoreanos emplean cada vez más sobornos como complemento a unos salarios bajos o inexistentes.