Oxfam denunció abusos e ilegalidades en la frontera Italia-Francia

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Italian police speak to migrants prior to dispersing them during a portest at the Italy-France border, in the city of Vintimiglia, on June, 13, 2015. The Italian police, wearing riot gear, tried to push the migrants back towards the town of Ventimiglia, five kilometres (three miles) from the border, but a group of around 50 men refused to comply and took refuge on nearby rocks. The Schengen open borders accord means migrants landing in Italy can usually easily travel through neighbouring France, Austria, Switzerland and Slovenia as they seek to make their way to Britain, Germany and Scandinavia, but the G7 suspension of Schengen, and a growing number of spot checks on buses and trains has made this harder, increasing the pressure on Italy, where reception facilities are at breaking point with some 76,000 people being accommodated nationwide. AFP PHOTO / JEAN CHRISTOPHE MAGNENET

PARÍS.- La organización no gubernamenltal Oxfam denunció abusos e ilegalidades contra niños menores de 12 años en la frontera migratoria entre Francia e Italia.

El informe publicado por la ONG expone que los chicos sufren abusos, detenciones y devoluciones ilegales, lo que significa «un burocrático y asfixiante sistema de acogida en Italia pone en peligro y fuera del radar a personas refugiadas vulnerables y a otras personas migrantes». En el mismo escrito comentó que los policías meten a los niños solos en trenes, falsifican sus papeles para hacerlos pasar como mayores para que Italia los reciba nuevamente.

Entre otras denuncias, Oxfam contó que los policías fronterizos roban las tarjetas de los celulares de los niños, ropa, zapatos y otros elementos personales. Incluso los hacen volver a pié.

«Los niños, niñas, mujeres y hombres que huyen de la persecución y la guerra no deberían sufrir abuso ni abandono por parte de las autoridades francesas e italianas», dijo Elisa Bacciotti, directora de campañas de Oxfam Italia.

El documento pidió a la Unión Europea que tenga en cuenta las necesidades «legítimas» de quienes piden asilo y garantice procesos eficientes para reunir a las familias y elimine los obstáculos burocráticos. Al gobierno francés, por su parte, le pidió que ponga fin a las prácticas ilegítimas de la Policía francesa y de los guardas de la frontera.