Países ricos cumplen con retraso objetivo de ayuda climática

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MUNDO.— Dos años después de lo comprometido, los países ricos alcanzaron en 2022 su objetivo de aportar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar el cambio climático, según anunció la OCDE el miércoles.

En 2022, los países desarrollados aportaron y movilizaron un total de 115.900 millones de dólares para financiar la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo, informó la OCDE.

Esta promesa, hecha en 2009 bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, establece que los países desarrollados deben contribuir con hasta 100.000 millones de dólares anuales en ayuda climática entre 2020 y 2025. Estos fondos financian la descarbonización de la energía y los transportes, el suministro de agua, reforestación y saneamiento en los países pobres.

El retraso en el cumplimiento de este compromiso había causado grandes tensiones y bloqueado las negociaciones internacionales sobre la lucha contra el cambio climático. Los países en desarrollo condicionaron el abandono de las energías fósiles a los esfuerzos financieros de los países ricos, a los que acusan de tener una «deuda moral».

Uno de los objetivos de la próxima cumbre climática en Bakú es acordar el nuevo monto de esta ayuda a partir de 2025. Según expertos de la ONU, se necesitarán 2,4 billones de dólares anuales hasta 2030 para que los países en desarrollo puedan adaptarse al cambio climático. India propone un nuevo objetivo de 1 billón de dólares, cifra que los países desarrollados consideran una provocación debido al creciente papel de China y los países del Golfo en las emisiones globales.

Las cifras de la OCDE muestran un aumento del 30% en la ayuda climática, de 89.600 millones de dólares en 2021 a 115.900 millones en 2022. Sin embargo, aún queda un déficit de 11.200 millones para compensar la falta de cumplimiento en 2020 y 2021. Además, una gran parte de los fondos son préstamos en lugar de subvenciones (69% frente a 28%), lo que cuestiona la integridad de la ayuda financiera real.

Un 80% de esta ayuda es dinero público distribuido a través de bancos de desarrollo, y el resto proviene mayormente de financiación privada liberada por estos fondos públicos. De los fondos, 70.000 millones se destinaron a la reducción de emisiones y 32.000 millones a la adaptación a las consecuencias del cambio climático.