LONDRES.— El primer ministro Boris Johnson encabezó una ceremonia en el Parlamento británico en honor del legislador conservador que fue asesinado a cuchilladas durante un encuentro con sus constituyentes en el atrio de una iglesia.
El ataque ha generado dudas sobre la manera en que el país protege a sus políticos y lidia con el extremismo en su territorio.
Los tributos de colegas conmocionados y dolidos se produjeron en momentos en que los detectives intentan determinas si David Amess fue atacado simplemente por ser legislador o si había motivos específicos, como una disputa personal.
Un británico de 25 años y de ascendencia somalí, Ali Harbi Ali, fue arrestado en el lugar del atentado y permanece detenido en virtud de la Ley de Terrorismo por sospecha de homicidio.
Según las autoridades, el sospechoso pudo tenido un motivo vinculado “al extremismo islamista”.
El premier británico dijo a los legisladores que “esta Cámara ha perdido a un servidor inquebrantable”.
Nos arrebatará a sir David en un despreciable acto de violencia, que sacudió el centro de los que significa pertenecer a esta Cámara y violó la santidad; tanto de la iglesia en la que fue asesinado como de la consulta de la circunscripción que es tan importante para nuestra democracia representativa.
El popular legislador, quien se desempeñó en el Parlamento por casi 40 años y fue nombrado caballero por la reina Isabel en 2015, sacudió al país, en especial a la esfera política que se sintió vulnerable. El hecho ocurre cinco años después que el legislador del Partido Laborista, Jo Cox, fue asesinado a tiros y puñaladas por un extremista de derecha.
