LIMA.- Tres personas fallecieron en enfrentamientos entre las fuerzas del orden y campesinos que bloquearon una carretera clave en Perú. Los trabajadores agrícolas exigen un aumento en el pago diario por su labor.
Dos manifestantes murieron por impactos de arma de fuego en medio de las protestas que bloquean la carretera Panamericana, una vía clave en la región. Uno de los manifestantes muertos era un hombre joven y la otra una adolescente de 16 años.
La tercera víctima era un honre de 56 años con cáncer que se descompensó en un bus que quedó atrapado por el corte de la vía.
Previamente, los líderes campesinos habían realizado un llamado a todos los agricultores para que se unieran al Paro Nacional Agrario, con el fin de exigir medidas de fomento.
Mirtha Vásquez, presidenta del Congreso, condenó las pérdidas humanas y demandó “el cese de la represión policial” y llamó a no “criminalizar la protesta”.
El choque dejó más de 24 heridos, de los cuales 15 son agentes del orden y uno era un bebé recién nacido, que resultó intoxicado por el uso de gases lacrimógenos.
Los trabajadores del campo están descontentos con una ley que aumentó en 2,5 dólares el jornal diario, cuando ellos pedían al menos 8,5 dólares de incremento.
Bajo la la nueva ley los campesinos ganarán un mínimo de 13,4 dólares diarios.
La norma, modificada por el Congreso, tampoco dejó contento al poderoso gremio agrícola, que afirma que el incremento afectará a unas 2.000 empresas y a unos 200.000 empleos.
Las empresas agroexportadoras han gozado del apoyo estatal por dos décadas pagando menos impuestos, incluso que empresas más pequeñas de otros sectores. Las ganancias agroexportadoras son extraordinarias.
Pese a eso, los trabajadores agrícolas por lo general han sido contratados por años en vínculos que duran poco tiempo, inclusive por un mes, lo que impide la organización y la negociación de sus salarios.
Las protestas de los trabajadores del campo empezaron en diciembre, cuando murió un manifestante en la región sureña de Ica, lo que desencadenó la derogación de una antigua ley y la promesa del Congreso de una nueva norma que tras ser aprobada ha generado disturbios.