BRASILIA.- La petrolera estatal cerró el año pasado con un beneficio neto de 25.779 millones de reales (unos 6.915 millones de dólares) revirtiendo de este modo una tendencia a de pérdidas que prolongó por cuatro años.
En 2017 la petrolera registró unas pérdidas por 446 millones de reales, cerca de 120 millones dólares. El ciclo negativo estuvo marcado por el enorme escándalo de corrupción destapado en el marco de la operación Lava Jato, que derivó en una profunda crisis petrolera.
El presidente de la estatal, Roberto Castello Branco, consideró que la venta de la refinería estadounidense de Pasadena, cuya adquisición se transformó en un “símbolo de corrupción”, marcan el fin de un “ciclo doloroso para Petrobras, sus accionistas, colaboradores y para la sociedad brasileña”.
Los resultados del año pasado incluyen, también, el desembolso en el tercer trasmite de 853 millones de dólares, con los que la empresa cerro denuncias colectivas en Estados Unidos por los perjuicios a los inversores a raíz del escándalo de los sobornos pagados por constructoras a políticos de casi todos los partidos para hacerse de licitaciones.
Esa investigación, llamada Lava Jato, explica en gran parte, para muchos analistas, la victoria electoral de Jair Bolsonaro.
En los 12 meses de 2018, lo ingresos de la petrolera sumaron 349.836 millones e reales, lo que representa un aumento de un 23% respecto a los 283,695 millones de reales que se registraron en 2017.
Asimismo, los buenos resultados fueron impulsados por la mejora del lucro operacional y del resultado financiero, la reducción de la deuda, la depreciación de la divisa brasileña frente al dólar y el aumento del barril de petróleo Brent.