JERUSALÉN.- El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogiaron los lazos entre ambos países y prometieron contrarrestar la «agresión» iraní tras una reunión en Jerusalén, semanas antes de la elección de Israel.
La visita de Pompeo el miércoles y las cálidas palabras sobre el liderazgo de Netanyahu se vieron en general como un estímulo para el líder del partido Likud en plena campaña de reelección.
El primer ministro israelí, que se enfrenta a un difícil desafío electoral por parte de un popular exjefe militar y se está recuperando de una serie de acusaciones de corrupción, ha tratado repetidamente de centrar su atención en su historial de política exterior y sus vínculos con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Netanyahu visitará Washington la próxima semana, donde se reunirá con el presidente dos veces.
Hablando en una conferencia de prensa, Pompeo y Netanyahu no mencionaron la acalorada campaña electoral israelí. El estadounidense promocionó la conferencia de Oriente Medio del mes pasado en Polonia, donde dijo que docenas de países discutieron formas de «detener el alboroto regional de Irán».
Pompeo también acusó a los líderes iraníes de buscar la «aniquilación y destrucción» de Israel y prometió continuar el apoyo estadounidense al país. «Con tales amenazas, una realidad cotidiana de la vida israelí, mantenemos nuestro compromiso incomparable con la seguridad de Israel y apoyamos firmemente su derecho a defenderse», aseguró.
El pueblo israelí debe confiar en que Trump, quien presentará un plan de paz para la región después de la votación israelí, mantendrá un «vínculo estrecho» con Israel, agregó el secretario de Estado.
«Sé que usted y el presidente tienen una excelente relación de trabajo», continuó Pompeo al dirigirse a Netanyahu. «Me envió para construir sobre eso y representarlo aquí».
Por su parte, Netanyahu agradeció a Pompeo por la fuerte posición de la administración Trump contra Irán, que Israel considera una amenaza existencial.
El líder israelí dijo que estaba trabajando estrechamente con Estados Unidos «para reducir la agresión iraní» en la región y en todo el mundo. También agradeció el retiro de Estados Unidos de un acuerdo nuclear internacional con Irán el año pasado, así como las duras sanciones que Washington impuso a partir de eso a Teherán. «Esta presión está funcionando», aseguró. «Necesitamos aumentarla. Necesitamos expandirla».
Netanyahu es uno de los aliados más fuertes de Trump en el escenario global. Desde que asumió el cargo, Trump ha modificado la política de Washington y ha tomado una serie de medidas bien recibidas por Israel, especialmente la de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv.
Pompeo llegó a Jerusalén después de una parada en Kuwait, donde renovó los pedidos de resolución de la actual crisis del Golfo entre Catar y otras cuatro naciones árabes. Kuwait ha estado intentando mediar para poner fin a la crisis.
Pompeo remarcó al respecto que la disputa que ha enredado al Consejo de Cooperación del Golfo durante casi dos años está obstaculizando los esfuerzos para combatir las amenazas regionales, incluido Irán.