MOSCÚ.- En el día de hoy el presidente ruso, Vladimir Putin, se refirió durante su discurso anual a los conflictos sociales que sacuden a Francia desde hace más de un mes a raíz de las modificaciones en los carburantes y afirmó que son solo una demostración del descontento general de la población con el Ejecutivo de Emmanuel Macron.
«Creo que los eventos en Francia están relacionados, por supuesto, con el aumento de los precios de la gasolina y el diésel, pero probablemente sirvieron como un catalizador provocando que una gran parte de la sociedad expresara su descontento con la situación en general«, afirmó y fundamentó su teoría en que, según las últimas encuestas, el 70% de la población de Francia apoyan las protestas encaradas por los chalecos amarillos.
A pesar de las duras declaraciones, el presidente de Rusia se negó a dar su opinión respecto al Gobierno de Macron ya que considera incorrecto realizar juicios de valor.
Desde el 17 de noviembre algunos sectores de la sociedad francesa salieron a manifestarse en contra de las medidas adoptadas por el Ejecutivo de cara a su tercer año de gestión, especialmente por la reforma y el aumento en los carburantes, y el peso de las protestas generó las normas a aplicar sean retiradas por las autoridades del país.
Las olas de protestas, que tuvieron replicas en otros países como Holanda y Bélgica, no solo acarrearon consecuencias sociales gigantes sino también impactaron en los planes futuros de la economía.