MOSCÚ.- El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, dijeron haber discutido los pasos necesarios para estabilizar la situación en la provincia de Idlib, en Siria, donde continuará la batalla conjunta contra las organizaciones terroristas.
Erdogan llegó a Moscú el miércoles con varios de los miembros de su gabinete para una visita de un día. La misma mañana, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que la situación en la región, donde Moscú y Ankara intentaron crear una zona de desescalada, se estaba deteriorando rápidamente y que estaba casi bajo el control total de Hay’et Tahrir al-Sham (HTS), un grupo rebelde que anteriormente estaba vinculado a al-Qaeda.
«Desafortunadamente, hay muchos problemas allí y los vemos», dijo Putin, de pie junto a Erdogan en una conferencia de prensa conjunta después de la reunión. Agregó que Turquía estaba haciendo mucho para tratar de remediar la situación, pero que se requerían más acciones tanto de Ankara como de Moscú para «liquidar las acciones de los grupos terroristas».
En septiembre del año pasado, Turquía se comprometió a desarmar y eliminar a los combatientes del HTS en Idlib cuando se firmó un acuerdo entre Turquía y Rusia. El pacto logró evitar que una ofensiva del gobierno sirio respaldada por Rusia se lanzara sobre Idlib, que alberga a casi tres millones de personas.
Putin también dijo que había acordado organizar una cumbre pronto, donde Rusia, Turquía e Irán podrían discutir la situación en Siria bajo la vía de la paz de Astana. Señaló que un Comité Constitucional sirio es «muy importante» y que debería iniciarse un diálogo entre todas las partes. También se quejó de la dificultad de formar un comité patrocinado por la ONU.
Los dos líderes se reunieron para discutir la situación en Siria a medida que el conflicto de casi ocho años termina. Varios bandos, incluidos numerosos grupos armados respaldados por diferentes aliados, buscan obtener el control del territorio de Idlib, aún bajo control opositor.
Ankara está tratando de establecer una zona segura de 30 kilómetros de largo a través de la frontera con Siria para contener una milicia kurda aliada de Estados Unidos que Turquía considera un grupo «terrorista». Durante la conferencia de prensa conjunta del miércoles, Erdogan dijo que los líderes no tenían ningún desacuerdo sobre el establecimiento de esta zona segura planificada, sin revelar ningún detalle.
Sin embargo, trascendió que los líderes no han llegado a un acuerdo concreto sobre dos temas fundamentales: establecer la llamada zona segura y la situación en Idlib.