LONDRES.- Un exoficial británico declaró ante una investigación pública que fuerzas especiales del Reino Unido habrían cometido crímenes de guerra en Afganistán al ejecutar detenidos, y que, pese a que la cadena de mando conocía las sospechas, no se adoptaron medidas.
La investigación fue ordenada por el Ministerio de Defensa tras un documental de la BBC que reveló que integrantes del Special Air Service (SAS) mataron a 54 personas en circunstancias sospechosas hace más de una década.
El proceso examina una serie de incursiones nocturnas realizadas entre 2010 y 2013, cuando tropas británicas operaban como parte de la coalición liderada por Estados Unidos.
El oficial identificado como N1466, quien en 2011 se desempeñaba como jefe adjunto de Operaciones en el Cuartel General de las Fuerzas Especiales, declaró que comenzó a alertarse por la cantidad inusual de detenidos muertos en operaciones de la subunidad UKSF1.
Señaló que los reportes mostraban más enemigos abatidos que armas recuperadas, y que las versiones sobre prisioneros que intentaban usar armas o granadas tras su captura eran inverosímiles.
“Se trata de crímenes de guerra… hablamos de ejecutar detenidos bajo el pretexto de que opusieron resistencia”, afirmó N1466.
Dijo haber planteado sus sospechas al director de Fuerzas Especiales, identificado como 1802, quien descartó elevar el caso a la justicia y se limitó a ordenar una revisión táctica.
El exoficial añadió que lamenta no haber acudido a la policía militar en ese momento, aunque finalmente reportó sus preocupaciones en 2015. En su testimonio, sostuvo que las presuntas ejecuciones extrajudiciales “no estaban confinadas a un grupo reducido” y que habrían sido conocidas por numerosos integrantes de las fuerzas especiales.
La investigación, encabezada por el juez Charles Haddon-Cave, busca determinar si existió información creíble sobre asesinatos ilegales, si las pesquisas posteriores fueron adecuadas y si hubo encubrimiento. El proceso también recibió testimonios sobre fricciones entre unidades especiales y frustración entre soldados por la liberación de detenidos por parte del sistema judicial afgano.
“Esto no es lo que representamos ni lo que la unidad tolera”, declaró N1466, al rechazar cualquier sugerencia de animosidad interna. “No ingresamos a las fuerzas especiales para ver niños asesinados en sus camas o muertes aleatorias”.

