MOSCÚ.— La invasión rusa está a punto de extenderse más profundamente en las ciudades ucranianas, según funcionarios estadounidenses citados por The Wall Street Journal.
Con ello, Moscú pretende asestar un golpe devastador al gobierno de Ucrania en una medida que apunta a una posible escalada en los combates, según los expertos consultados por el rotativo.
“Se desconoce el número de combatientes que han sido reclutados, pero algunos de ellos ya están en Rusia preparándose para entrar en el conflicto”, sostiene el diario este lunes 7 de marzo.
Los funcionarios consultados por el periódico se negaron a dar detalles sobre qué más se sabe acerca del despliegue de combatientes sirios en Ucrania, la situación o el alcance del mismo.
Según la publicación en la ciudad siria de Deir Ezzor, Rusia ofreció a voluntarios de ese país entre 200 y 300 dólares “para ir a Ucrania y operar como guardias” armados durante seis meses y también se confirmó que hay combatientes chechenos en el terreno.
Con voluntarios de otros países llegando a Ucrania, el conflicto allí podría convertirse en un nuevo foco de atracción para los combatientes extranjeros, aseguró Jennifer Cafarella, del Instituto para el Estudio de la Guerra en Washington.
“El despliegue por Rusia de combatientes extranjeros en Ucrania procedentes de Siria internacionaliza la guerra y, por lo tanto, podría vincular el conflicto con dinámicas interregionales más amplias, particularmente en Oriente Medio”, precisó la investigadora.
Los combatientes sirios, que han pasado más de una década luchando con tácticas de guerrilla urbana, son distintos a los reclutados por Moscú, que carecen de estas capacidades.
Según Cafarella, las fuerzas sirias desplegadas en Ucrania también se les podría pedir que desempeñaran un papel de apoyo, en función de cómo trabajaron en Siria con el Grupo Wagner, una fuerza paramilitar mercenaria secreta respaldada por el Kremlin.
El Grupo Wagner llegó a Siria poco después de que Rusia entrara en conflicto para ayudar al gobierno de Asad, llevando a cabo operaciones de apoyo como la incautación de yacimientos de petróleo y gas, y el control y seguridad de otras infraestructuras gubernamentales, como los aeropuertos.