MOSCÚ.- Rusia y Turquía pactaron este jueves un acuerdo para resolver el conflicto en la convulsionada provincia siria de Idlib, el texto incluye la suspensión de las hostilidades y un patrullaje conjunto de militares de ambos países en esa región.
El pacto entró en vigor este viernes y es un intento de poner fin a los intensos combates que causaron un desastre humanitario y recrudecieron los temores de una guerra abierta.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, indicó que acordaron un régimen de cese al fuego desde la media noche del jueves y la creación de un corredor de seguridad de seis kilómetros al norte y seis kilómetros al sur de la estratégica carretera M4.
Las carreteras M4 y M5 conforman un estratégico nudo de comunicación entre Damasco, capital siria, y la ciudad de Alepo. Entre estas se encuentra la ciudad de Saraquev, donde este jueves los terroristas reanudaron los ataques.
Antes de que se cumpliera el plazo acordado, los bombarderos aún continuaban en la región, según la entidad no gubernamental con sede en Reino Unido, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, aunque luego del horario acordado se registró una “calma relativa” en la zona.
El acuerdo fue suscrito en Moscú por los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Turquía, Recep Tayyib Erdogan, quienes como informó el Último Cable, se reunieron para alejar el riesgo de escalada de tensiones entre rusos y turcos.
Putin y Erdogan reconocieron, además, la necesidad de respetar la integridad territorial de Siria, aunque el mandatario turco anunció que ser reservaba el derecho de responder a una agresión del Ejército de Siria y se comprometió a ayudar al regreso de refugiados al país levantino.
Al término del encuentro y en declaraciones a la prensa, Putin aseguró que “nosotros no siempre estamos de acuerdo con los socios turcos en sus valoraciones sobre los hechos en Siria, pero siempre buscamos una salida en los momentos de crisis sobre la base de alto nivel de las relaciones bilaterales, tal y como sucedió en esta ocasión”.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, “espera que este acuerdo conduzca a un cese inmediato y duradero de las hostilidades que garantice la protección de los civiles en el noreste de Siria, que han aportado un enorme sufrimiento”, dijo su portavoz en un comunicado.