MILÁN.- Matteo Salvini, ministro del Interior de Italia, y Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, se reunieron en Milán para conformar un bloque antiinmigración y dar fin a la crisis que divide al continente.
«Ahora mismo en la Unión Europea hay dos bloques: uno liderado por el presidente francés, Emmanuel Macron, que es el jefe de los partidos que apoyan la inmigración, y por otra parte estamos nosotros, que queremos frenar la inmigración ilegal. Esta es la situación actual», explicó Orbán.
El llamado segundo bloque lo conforman, principalmente, España, Francia y Alemania, países que insisten en gestionar la inmigración de la mejor manera posible. «Nosotros decimos que el objetivo es detenerla, por lo que Salvini y yo estamos tenemos la misma posición», afirmó el primer ministro húngaro.
Durante la reunión, la cual Salvini calificó como política y no institucional, los líderes intercambiaron ideas y coincidieron en excluir del proyecto a los socialistas y a la izquierda para dar prioridad a los valores que ambos comparten.
Orbán está en contra de la reubicación de refugiados entre los países de la Unión. Además considera que la constante llegada de flujos migratorios al continente incrementará el riesgo de ataques terroristas. El ministro italiano, por su parte, es quien generó la división en Europa respecto a este tema tras prohibir la entrada a barcos de ONG con inmigrantes rescatados en el mar a su territorio y reclamar que el resto de socios se hagan cargo.
«Los procesamientos judiciales no me harán cambiar de opinión, siempre me comportaré como hice en el caso del barco Diciotti«, afirmó Salvini durante la conferencia de prensa brindada tras el encuentro. Luego se dirigió directamente a Macron, le pidió que sea un «ejemplo de solidaridad y sensibilidad» y reabra la frontera en Ventimiglia, donde miles quedaron atrapados.
El jefe de Estado francés no tardó en responder. Se auto calificó como principal oponente a las políticas antiinmigración que impulsan los dos ministros y aseguró que no se dejará llevar por las presiones de ellos.
«No cederé nada a los nacionalistas y a los que promueven estos discursos de odio. Encontrarán en mí a su principal oponente, tienen razón», desafió.