WASHINGTON.— El fundador de la plataforma de criptoactivos, FTX, Sam Bankman Fried, quedó detenido este lunes en Bahamas después de que el fiscal del distrito sur de Nueva York, Damian Williams, lo imputara.
A través de un tuit, el fiscal informó que las autoridades de Bahamas habían arrestado a Bankman-Fried a petición del Gobierno estadounidense “con base en una acusación secreta” presentada por la Fiscalía sobre la que se darán detalles en los próximos días.
USA Damian Williams: Earlier this evening, Bahamian authorities arrested Samuel Bankman-Fried at the request of the U.S. Government, based on a sealed indictment filed by the SDNY. We expect to move to unseal the indictment in the morning and will have more to say at that time.
— US Attorney SDNY (@SDNYnews) December 12, 2022
Por su parte, y en un comunicado publicado por los medios, el primer ministro de Bahamas, Philip Davis, dijo que su país y Estados Unidos ”han compartido el interés para que rindan cuentas todos los individuos asociados a FTX que podrían haber traicionado la confianza del público e infringido la ley».
Estaba previsto que Bankman-Fried testificara por videoconferencia ante un comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 13 de diciembre.
FTX se declaró en quiebra el pasado 11 de noviembre y a finales de ese mismo mes, los nuevos gestores de la compañía comparecieron por primera vez ante el tribunal de bancarrotas del estado de Delaware, Estados Unidos para comenzar el proceso de reestructuración.
Los abogados de la nueva directiva y su actual responsable, John Ray, sostienen que una «cantidad sustancial» de los activos de la compañía podrían haber sido robados o están desaparecidos.
Los nuevos gestores también han denunciado que la empresa tenía una «ausencia total de controles corporativos» y una falta de «información financiera fiable».
La plataforma, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares, podría tener más de un millón de acreedores en todo el mundo. Hasta ahora, la compañía ha admitido que debe más de 3.000 millones de dólares a sus 50 principales acreedores.