LA PAZ.— La planta de urea y amoniaco que el Estado boliviano posee en Bulo Bulo, Cochabamba, comenzó a recibir una gran cantidad de pedidos ante las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados a Rusia, uno de los mayores productores de fertilizantes del mundo.
Las sanciones impuestas contra la Federación por parte de Washington y sus aliados causaron un desastre en la economía mundial, que afecta mayormente a familias de clases media y baja, porque son quienes deben abonar aumentos de precios, en muchos casos, injustificados.
En la guerra hay pocos sectores beneficiados, uno de ellos es la planta de fabricación de urea que el Estado boliviano tiene en el Trópico de Cochabamba.
La demanda de fertilizantes fue creciendo exponencialmente durante las últimas semanas, a la vez que se duplicó su precio. Rusia y Ucrania son dos de los mayores productores de esa materia en el mundo, pero el conflicto bélico y sus ramificaciones impiden que exporten. Y cuando un bien escasea, su costo aumenta.
Antes de la operación militar de Rusia en Ucrania, la tonelada de urea costaba 500 dólares. Hoy en día el precio ronda los 950 dólares, dijo Marcelo Olguín, gerente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia, citado por la agencia Sputnik.
En el mercado internacional, el precio de la urea era de 500 dólares la tonelada, eso en el mes de febrero. Pero “la anterior semana ha superado los 950 dólares”, comunicó Olguín.
Ante la bonanza por el contexto mundial, el Gobierno de Arce se plantea seriamente la posibilidad de construir una segunda planta, similar a la de Bulo Bulo. No obstante, para que eso ocurra primero tiene que mejorar la producción de hidrocarburos, considerando que el proceso productivo de urea requiere una cantidad de gas.