Sanciones petroleras traerán problemas a Europa

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BRUSELAS.— Tras la entrada en vigor del boicot de Europa a todo el petróleo ruso transportado vía marítima y que entró en vigor el pasado 5 de diciembre, sumado al precio límite del G7 de 60 dólares por barril para el petróleo ruso, los mercados petroleros mundiales se encuentran al borde de una profunda reestructuración.

Dado que el crudo ruso representa el 10% de las importaciones totales de Europa, por suma de unos 1,2 millones de barriles por día, las sanciones europeas al petróleo de Ruso tendrán un gran impacto. Pero tal vez no a quien se pretende ajusticiar. En medio de la escasez de alternativas, muchos sugieren que Europa recibirá más golpes que Rusia.

Las importaciones marítimas de Europa de crudo ruso se han reducido en aproximadamente 1 millón de b/d en comparación con 2021, pero siguen siendo amplias. No obstante, Rusia podría reducir prematuramente esos suministros a Europa en represalia, con precios más altos que compensan las pérdidas de exportación.

La demanda de petróleo en Europa sigue siendo sólida. Se prevé que la demanda en 2023 se acerque a los niveles previos a la pandemia, ya que los precios del gas alientan el cambio de gas a petróleo y el auge de la actividad de la aviación y las carreteras.

A esto se suma que, las inversiones mundiales en suministro de petróleo en 2022 se quedan 170.000 millones de dólares por debajo de lo que se necesita para satisfacer el crecimiento de la demanda proyectado, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Asimismo, los expertos consideran que los crecientes costos del transporte podrían inhibir la amplia reestructuración de las rutas de navegación que podría implicar la prohibición del petróleo.

Mientras tanto, las sanciones podrían presagiar una dinámica emergente en la que el petróleo ruso llegue a Europa a través de rotondas adyacentes para enmascarar su verdadero país de origen.