BAGDAD.- El primer ministro de Iraq, Mohamed Taufiq Alaui, presentó la renuncia apenas un mes después de ser nombrado por el presidente Barham Salih.
En la noche del domingo dos cohetes fueron lanzados a la zona verde de Bagdad, cerca de la embajada de Estados Unidos. La dimisión de Alaui sumerge al país en una gran incertidumbre.
Tras la renuncia del premier, el presidente, Barham Salih, dispone de 15 días para proponer un candidato para que forme el nuevo Ejecutivo. Lo elegirá solo, porque esta vez la Constitución no lo obliga a consultar a los grandes bloques parlamentarios.
Cuando Adel Mahdi dimitió el pasado diciembre, Iraq quedó sumergido en una incertidumbre legal. La Constitución no prevé la opción de renuncia del primer ministro y esto nunca había ocurrido. El fracaso en obtener la confianza del Parlamento del candidato designado por consenso entre los partidos tampoco tiene precedentes, no logró quórum en dos ocasiones.
Alaui había prometido investigar las muertes de los agentes del orden y los manifestantes durante las protestas en ese país, y afirmó que “liberaría a los manifestantes pacíficos”, además de prometer unas elecciones anticipadas y libres en el país.
Las protestas estallaron en Iraq en octubre pasado y se han convertido en las más numerosas desde el derrocamiento de Sadam Husein en 2003.
Los manifestantes culpan a las autoridades del desempleo, la corrupción y exigen mejoras en el nivel de vida.