ESTOCOLMO.- Las partes en guerra de Yemen permanecen estancadas sobre el futuro del puerto de Hudaida, una importante línea de vida para el país, luego de que el gobierno yemení reiterara su demanda de que debería tomar el control de la ciudad.
Ali Ashall, un oficial yemení y miembro de la delegación del gobierno, dijo a los reporteros el quinto día de las conversaciones de paz patrocinadas por la ONU en Suecia, que quiere que la administración del puerto esté bajo la jurisdicción del Ministerio de Transporte.
«La policía en la ciudad también debe estar bajo la supervisión del Ministerio del Interior», dijo Ashall. «Estamos buscando reanudar la situación anterior a la toma de los hutíes en 2014».
Los hutíes, un grupo de musulmanes chiítas de Zaydi que gobernaron un reino en el norte de Yemen durante casi 1.000 años, explotaron la ira generalizada contra el presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi en 2014 y derrocaron a su gobierno a principios de 2015, provocando una de las peores crisis humanitarias del mundo.
El puerto de Hudaida es un salvavidas importante para los suministros humanitarios que ingresan al país, pero las restricciones impuestas por la coalición saudí-emiratí en guerra con los rebeldes han exacerbado el tema y más de 22 millones de yemeníes necesitan asistencia.
«Pedimos a los hutíes que se retiren de Hudaida y entreguen sus armas al gobierno», agregó Ashall. Los rebeldes han dicho que están preparados para entregar el puerto a las Naciones Unidas, pero solo si la coalición árabe detiene sus ataques aéreos.
El documento propuesto por la ONU, que consta de 16 puntos, dijo que una vez que los hutíes se retiren de la ciudad, incluidos los puertos de Saleef y Ras Isa, la coalición militar liderada por los saudíes que lucha contra el movimiento chiíta deberá cesar sus operaciones militares. Agregó que las Naciones Unidas desplegarían una serie de observadores para monitorear las instalaciones, pero la seguridad del puerto se limitaría a los guardias costeros yemeníes.
El documento también informó que todos los ingresos obtenidos del puerto se transferirían al banco central de Yemen en Hudaida, que luego comenzaría a pagar los salarios de los funcionarios públicos. Más de 1,2 millones de funcionarios públicos no han recibido sus salarios en más de dos años, dejando a los servicios de salud, educación y saneamiento sin las personas y los recursos necesarios para mantenerlos en funcionamiento.
El gobierno yemení, que afirma que sus fuerzas están a solo 3 km del puerto, insiste en que solo aceptará que el papel de la ONU sea supervisar el puerto. El ministro de Relaciones Exteriores de Yemen, Khaled al-Yamani, dijo a la agencia de noticias Reuters que la ciudad debe estar bajo el control total de su gobierno.