VIENA.— El canciller austriaco, Sebastian Kurz, renunció tras ser investigado por corrupción, aunque defiende su inocencia, pero designó al ministro de Exteriores para sucederle en el cargo.
“Lo que necesitamos ahora son condiciones estables”, explicó Kurz a la prensa. “Entonces, para resolver el estancamiento, quiero dejar paso para evitar el caos y garantizar la estabilidad”.
Kurz anunció así este sábado su decisión de renunciar al cargo en un esfuerzo por desactivar una crisis gubernamental provocada por el anuncio de la Fiscalía de que es objeto de investigaciones por corrupción.
Los líderes de la oposición austriaca habían pedido a Kurz que renunciara y planeaban presentar una moción de censura contra el canciller en el Parlamento.
Kurz propuso al ministro de Relaciones Exteriores, Alexander Schallenberg, para sucederlo en el cargo. El partido de Kurz cerró filas detrás de él después del anuncio de los fiscales el pasado miércoles.