Servicio Secreto borró mensajes de ataque al Capitolio

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WASHINGTON.— El Servicio Secreto, la agencia de seguridad que protege al presidente de Estados Unidos, habría borrado mensajes de texto de sus agentes enviados durante los disturbios del 6 de enero en el Capitolio, según un organismo de control del gobierno señaló este jueves.

El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional, Joseph Cuffari, dijo al Congreso en la carta fechada el miércoles que su despacho ha tenido dificultades para obtener los registros del Servicio Secreto del 5 y 6 de enero de 2021.

Los mensajes podrían ser la base para las investigaciones de la Cámara de Representantes y del Departamento de Justicia sobre si Donald Trump alentó a la insurrección de los partidarios del expresidente en el Capitolio estadounidense.

El ataque pretendía impedir la certificación del demócrata Joe Biden como ganador de las elecciones de noviembre de 2020. Agentes del Servicio Secreto estuvieron con Trump ese día, al igual que con el vicepresidente Mike Pence, que se escondió en el Capitolio después de que los alborotadores pro-Trump pidieran que lo colgaran.

El 29 de junio, un antiguo empleado de la Casa Blanca contó en la investigación del 6 de enero de la Cámara de Representantes que Trump había intentado obligar al Servicio Secreto a llevarle al Capitolio para unirse a sus partidarios.

«El Departamento nos notificó que muchos mensajes de texto del Servicio Secreto de Estados Unidos (USSS), del 5 y 6 de enero de 2021, fueron borrados como parte de un programa de reemplazo de dispositivos», escribió Cuffari en la carta reportada por primera vez por The Intercept y posteriormente publicada por Politico.

«El USSS borró esos mensajes de texto después de que la OIG (Oficina del Inspector General) solicitara registros de comunicaciones electrónicas» para una revisión del 6 de enero, dijo. Además, el departamento se ha demorado al suministrar otros registros a la OIG, agregó.

En un comunicado, el portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, rechazó la acusación. Dijo que los teléfonos de los agentes estaban siendo borrados como parte de un programa de reemplazo planificado que comenzó antes de que la OIG solicitara la información seis semanas después de la insurrección.

«El Servicio Secreto notificó (…) la pérdida de datos de ciertos teléfonos, pero confirmó a la OIG que ninguno de los textos que buscaba se había perdido en la migración», dijo.