MONTEVIDEO.- Bajo la consigna “el 22 yo paro” y “si los trabajadores les va bien, al pueblo también”, el PIT-CNT convocó a detener actividades en el sector público y el privado, en medio de una dura puja con el gobierno del presidente Tabaré Vasquez en un país afectado por un fuerte déficit fiscal.
El llamado a la paralización se produce en el marco de un tercer periodo del Frente Amplio que lleva al frente de Uruguay desde 2005 y está viendo cesar los altos precios de las commodities agropecuarias que produce el país y que impulsaron su crecimiento ininterrumpido desde 2003.
Aún así, el Ejecutivo prevé en su ley de presupuesto, que requiere aún la aprobación del senado, un crecimiento de 2,5% para 2018. Sin embargo, algunos analistas estiman que es insuficiente esa cifra para financiar el aumento del gasto público previsto (0,25 puntos del PIB), cuando el objetivo oficial es llevar el déficit de las cuentas públicas a otro 2,5% del PIB.
Por otra parte, los analistas vienen reduciendo mes a mes el crecimiento de la actividad en Uruguay, donde varias empresas de mediano y gran porte están enfrentando problemas financieros y la creación de empleo se debilita día día. Para los trabajadores la inflación se ha convertido en un obstáculo difícil de sortear.
Las conversaciones salariales convocadas desde el Ejecutivo entre patrones y empleados son difíciles en varios sectores. Las gremiales agropecuarias dieron un portazo y dejaron el diálogo en medio de una situación cada vez más deteriorada en el sector lácteo, y la tensión entre los empleadores es palpable.
Se espera que el miércoles servicios como transporte, salud y educación se van a ver duramente afectados por la convocatoria a huelga.