MUNDO.— La pandemia y la inflación han empujado a 165 millones de personas a la pobreza desde 2020, según un informe de la ONU publicado el jueves.
El informe, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), encontró que el impacto acumulado de estas crisis ha llevado a 75 millones de personas a caer en la extrema pobreza (menos de 2,15 dólares por día) y a otros 90 millones a caer bajo el umbral de la pobreza (3,65 dólares al día).
«Los países que han podido invertir en medidas de protección en los últimos años impidieron que muchas personas cayeran en la pobreza«, dijo Achim Steiner, administrador del PNUD. «Sin embargo, en los países muy endeudados, hay una correlación entre altos niveles de deuda, gastos sociales insuficientes y un aumento alarmante de las tasas de pobreza».
El PNUD está pidiendo una «pausa» en los reembolsos de la deuda en los países en desarrollo que tienen que elegir entre pagar la deuda y ayudar a su gente. Según el informe, unos 3.300 millones de personas, cerca de la mitad de la población mundial, viven en países que gastan más en el pago de los intereses de la deuda que en educación o salud.
Los países en desarrollo, pese a un nivel de deuda más bajo, pero que aumenta más rápidamente, pagan más intereses debido al aumento de los tipos de interés. Ante este panorama, el PNUD pide una «pausa» para destinar el reembolso de las deudas hacia la financiación de medidas sociales destinadas a amortiguar los efectos de estos choques económicos.
Según el informe, sacar a los 165 millones de nuevos pobres de la pobreza costaría anualmente en torno a los 14.000 millones de dólares, un 0,009% del PIB mundial en 2022, y menos del 4% del servicio de la deuda de los países en desarrollo. Si se suman las pérdidas de ingresos de personas que ya están bajo el umbral de pobreza antes de las recientes crisis, el coste del alivio sería de 107.000 millones (0,065% del PIB, en torno a un cuarto del servicio de la deuda).
«Hay un coste humano de la inacción en relación con la reestructuración de la deuda soberana de los países en desarrollo», recuerda Achim Steiner. «Necesitamos nuevos mecanismos para anticipar y absorber los impactos y para que la arquitectura financiera funcione para los más vulnerables».
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que reclama todo el tiempo una reforma de las instituciones financieras internacionales, denunció de nuevo esta semana un sistema «obsoleto que refleja las dinámicas coloniales de la época en que se creó».
El informe del PNUD es una llamada de atención sobre los graves riesgos que corren los países en desarrollo debido a la deuda. Es importante que los gobiernos y las instituciones financieras internacionales trabajen juntos para encontrar soluciones que aborden la deuda y la pobreza, de modo que todos podamos construir un futuro más sostenible y equitativo para todos.