DOHA.- El grupo afgano talibán nombró a uno de sus cofundadores como líder de su oficina política en Catar, como parte de una importante reorganización que se produce cuando las conversaciones con Estados Unidos para poner fin a la guerra de 17 años parecen ganar impulso.
La designación de Abdul Ghani Baradar se anunció en una reunión en Doha entre los representantes del grupo y el enviado especial de paz de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, que originalmente estaba programada para durar dos días y terminó durando cuatro.
En una declaración, los talibanes dijeron que la reorganización en su equipo, que incluye a nuevos gobernadores de varias provincias afganas, fue «tomada para fortalecer y manejar adecuadamente el proceso de negociaciones en curso con Estados Unidos».
«Baradar volará pronto a Catar. Se le ha dado la nueva posición porque Estados Unidos quería que los líderes talibanes de alto nivel participaran en las conversaciones de paz», dijo un funcionario talibán de alto rango.
Baradar es uno de los cuatro hombres que fundaron el movimiento talibán en Afganistán en 1994. Ocupó varios cargos clave cuando los talibanes gobernaron Afganistán de 1996 a 2001. Huyó a Pakistán después de la invasión de Estados Unidos en 2001 y fue arrestado en Pakistán en 2010. Fue liberado en octubre del año pasado, y más tarde se unió a su familia en Afganistán. Su liberación, según expertos en seguridad, fue parte de negociaciones de alto nivel lideradas por Khalilzad con los talibanes.
David Sedney, subsecretario de defensa adjunto de Estados Unidos para Afganistán y Pakistán bajo el mandato del expresidente Barack Obama, calificó el nombramiento de Baradar como «un cambio sorprendente que augura muy bien para la paz», y agregó que es «más que cautelosamente optimista» sobre el resultado de las conversaciones en Doha.
«Hace diez años, Baradar lideró una facción disidente de los talibanes que quería conversaciones de paz con el gobierno afgano del entonces presidente Hamid Karzai», dijo Sedney a los medios. «El gobierno de Pakistán se opuso a esas conversaciones; arrestaron a Baradar y lo mantuvieron en prisión hasta el otoño pasado, tiempo durante el cual supuestamente fue tratado con dureza y hasta torturado».
Sedney dijo que luego de la liberación de Baradar a petición de Washington «muchas personas pensaron que se desvanecería en la distancia, pero en lugar de eso se aprovechó de una fractura del liderazgo talibán y el deseo de muchos talibanes por la paz para reafirmar su autoridad». «Así que este es un gran cambio importante para los talibanes, y es un buen augurio para la paz. Baradar ha estado del lado de la paz durante más de una década y esto es una señal de que hay una gran esperanza», agregó Sedney. «Muchas cosas pueden salir mal, pero no ha habido tal esperanza de paz en Afganistán durante los últimos 20 años».