BARCELONA.- El presidente de la comunidad autónoma de Cataluña, Quim Torra, podría ser inhabilitado de su cargo a raíz de negarse a quitar los lazos amarillos de la sede de la Generalitat y otros edificios públicos tal como reclamó el Gobierno español.
La decisión de hacer caso omiso al pedido del Ejecutivo de Sánchez fue informada por la porta voz del Gobierno catalán, Elsa Aradi, quien además explicó que se apelará a la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) y que también pidió un nuevo informe al respecto al Defensor del Pueblo catalán.
La JEC, el máximo órgano español encargado de velar por la legalidad de los comicios, pidió a Torra quitar los lazos amarillos y cualquier otro símbolo independentista. El catalán, por su parte, presentó un recurso sustentado en que la acción atenta directamente contra la libertad de expresión de los empleados públicos, sin embargo la JEC afirmó ayer que los símbolos en cuestión representan a parte de la sociedad, no a toda, e incumplen el principio de neutralidad que las instituciones públicas deben tener.
Lee también: Los lazos amarillos metieron en problemas a Torra
Incluso, en la misma línea el órgano español afirmó que la libertad de expresión puede ser gozada por cualquiera menos por aquellos que cumplan funciones institucionales o edificios públicos de forma partidista.
En el día de hoy se cumplió el plazo máximo que el presidente catalán tenía para aceptar la norma por lo que de no cumplirla el caso pasará a manos de la Fsicalía, quien podría iniciar el procedimiento penal contra Torra acusándolo de delito de desobediencia. Entre las sanciones que podría sufrir está la inhabilitación para el ejercicio público.
El lazo amarillo se utilizó a lo largo de la historia para diversas revindicaciones. Durante el proceso soberanista catalán, iniciado en 2012, revivió y se convirtió en un hito de los independentistas. Cuando en octubre de 2017 fueron encarcelados Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, las entidades secesionistas Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural pidieron hacer uso de lazos amarillos para condenar los hechos y reclamar la liberación de los políticos catalanes encarcelados.