BOGOTÁ.- El máximo tribunal administrativo de Colombia mantuvo el martes una medida cautelar sobre el uso del fracking para la exploración en yacimientos no convencionales.
Esto impide, por ahora, iniciar proyectos pilotos supuestamente decisivos para que el país aumente su producción y reservas de petróleo y gas.
El Consejo de Estado ratificó su decisión: todavía no se puede hacer fracking en Colombia, y cualquiera que lo haga, está cometiendo un delito.
Esta es la más reciente decisión del alto tribunal, dentro de un debate jurídico del más alto nivel que busca que los magistrados le den el aval a la expiración y explotación de petróleo y gas en el país en yacimientos no convencionales en Colombia.
En Colombia no se realizan actividades de exploración ni explotación de petróleo con fracking, pero el gobierno del presidente Iván Duque es partidario, por supuesto, de promover una amplia discusión sobre esta técnica, pese a la fuerte oposición de ambientalistas, políticos de izquierda y comunidades indígenas.
Las regulaciones para el desarrollo de depósitos de petróleo no convencionales se suspendieron temporalmente en ese país sudamericano a fines del año pasado en medio e una semana en curso presentada contra el Ministerio de Minas y Energía por un abogado ambiental.
Para el Ejecutivo, que pregona el cuidado de la Amazonía y el medioambiente cuando visita el exterior, en Colombia se puede emplear este método de extracción de gases y petróleos, alegando que de no poner en marcha el proceso la seguridad energética del país se puede ver afectada.
Además, asegura que no hay evidencias que acrediten que su uso tenga efectos en el cambio climático; que hay suficiente legislación al respecto; y que los efectos del fracking “no producen daños graves e irreversibles”.
Sin embargo, y para información del Gobierno, la posición del oficialismo es contraria a lo que las investigaciones científicas han demostrado en otros países. “Es mejor prevenir cualquier situación, que a la larga pueda afectar los suelos y el aire del país, además de la vida de los ciudadanos”.
Para el Consejo de Estado, es claro que son numerosos los estudios que prevén que el uso de esta tecnología puede tener un impacto negativo en el medioambiente y en la salud humana, y es por este motivo que varios países han decretado su prohibición, condicionamiento o aplazamiento, hasta no cerciorarse sobre sus verdaderos efectos.
Colombia, que alcanzó en 2018 una producción de 865.127 barriles diarios de petróleo, tiene un potencial de entre 3.000 millones y 9.000 millones de barriles de petróleo equivalentes en yacimientos convencionales, es decir entre 2 y 6 veces las reservas actuales, según el gobierno.