DAMASCO.- Las fuerzas del gobierno capturaron la ciudad de Qalaat al-Madiq, en el noroeste de Siria, dijeron algunos residentes y un monitor de guerra, mientras se desarrollaba una ofensiva sobre el territorio opositor más grande restante.
Las fuerzas del gobierno sirio, respaldadas por el poder aéreo ruso, lanzaron operaciones terrestres esta semana contra el flanco sur de la zona rebelde, que consiste en Idlib y partes de provincias adyacentes. El área está nominalmente protegida por un acuerdo ruso-turco alcanzado el año pasado para evitar una nueva batalla importante que podría llevar a cientos de miles de personas a huir del área.
Qalaat al-Madiq fue la ciudad opositora más cercana a la base aérea rusa de Hmeimim en Latakia, a la que los combatientes habían apuntado previamente con el lanzamiento de cohetes. También fue el punto de entrada al territorio rebelde para muchos combatientes y civiles que fueron evacuados del territorio capturado por el ejército bajo acuerdos de rendición negociados con el gobierno del presidente Bashar al-Assad en los últimos años.
Los residentes locales dijeron que las fuerzas del gobierno sirio capturaron Qalaat al-Madiq y dos aldeas cercanas, Tal Hawash y Al-Karkat. El activista de Idlib Alaa Moadamani confirmó la captura de la aldea.
El jefe de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria, Paulo Pinheiro, advirtió que un conflicto total en el último bastión rebelde principal en la provincia de Idlib «podría generar una catástrofe humanitaria y de derechos humanos inimaginable».
Pinheiro declaró en una conferencia de prensa que la actual ofensiva aérea y terrestre del gobierno sirio y sus aliados es «una seria escalada».
El grupo de monitores de guerra del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que los rebeldes se habían retirado luego de haber sido rodeados por el ejército.
Naciones Unidas informó que los combates han expulsado a 150.000 civiles de sus hogares, lo que genera preocupación por una nueva crisis humanitaria en el noroeste de Siria.
Unos 13 establecimientos de salud han sido alcanzados en el atentado, informó esta semana la Unión de Atención Médica y Organizaciones de Socorro, con sede en Estados Unidos, que financia algunos hospitales de la zona.
El empuje del jueves se produjo un día después de que las tropas sirias tomaran la aldea cercana de Kfar Nabudah, que los activistas llamaron la primera línea de defensa de Idlib.
La última ofensiva, que comenzó el 30 de abril, ha aumentado los temores de un impulso más amplio del gobierno sobre Idlib, que alberga a unos tres millones de personas, muchas de ellas desplazadas de otras partes de Siria.
El gobierno parece estar tratando de asegurar el acceso a una carretera principal que atraviesa el enclave controlado por los opositores. La carretera debía reabrirse antes de finales de 2018, luego del acuerdo de alto el fuego entre Rusia y Turquía, pero sigue cerrada.