WASHINGTON.— Estados Unidos planea designar como organización terrorista extranjera a un presunto cartel del narcotráfico venezolano que, según Washington, está dirigido por Nicolás Maduro, al mismo tiempo que el presidente Donald Trump afirmó este domingo que podría haber conversaciones con el gobierno venezolano.
La nueva designación —que entrará en vigor el 24 de noviembre— ampliará la base legal para una acción más agresiva, en momentos en que EE.UU. despliega activos militares en el Caribe tras meses de ataques mortales contra embarcaciones.
Trump dijo el domingo a periodistas que aún no tomó una decisión sobre los próximos pasos, pero aseguró que el gobierno venezolano quiere dialogar con Estados Unidos.
“Podríamos tener algunas conversaciones con Maduro y veremos cómo resulta”, afirmó antes de salir de Florida rumbo a la Casa Blanca.
La designación llega después de más de dos meses de ataques letales contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico en el mar Caribe y el Pacífico oriental, que dejaron unas 80 personas muertas. El último ataque ocurrió el sábado, según el Comando Sur de EE.UU., y dejó tres fallecidos.
Además de prohibir la entrada al país de los miembros del Cartel de los Soles y permitir el congelamiento de fondos, la medida también criminaliza cualquier apoyo a la organización.
“Con base en Venezuela, el Cartel de los Soles está encabezado por Nicolás Maduro y otros altos funcionarios del régimen ilegítimo que han corrompido a las fuerzas armadas, la inteligencia, el Legislativo y el Poder Judicial”, dijo el secretario de Estado Marco Rubio en un comunicado. “Ni Maduro ni sus aliados representan al gobierno legítimo de Venezuela”.
Aunque EE.UU. ya había calificado en febrero al Tren de Aragua como organización terrorista extranjera —y ha señalado vínculos entre ese grupo y al menos una de las embarcaciones destruidas—, hasta ahora había evitado aplicar la misma etiqueta al Cartel de los Soles. La designación lo coloca al nivel de Al Qaeda y el Estado Islámico, organizaciones a las que Washington ha apuntado tanto financieramente como con operaciones militares en Medio Oriente durante años en el marco de la “guerra contra el terrorismo”.
El domingo, un grupo de ataque de EE.UU., liderado por el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, llegó al mar Caribe, reforzando una presencia militar estadounidense ya expandida frente a Sudamérica que alimenta especulaciones sobre una ofensiva más amplia contra Venezuela.
El Departamento del Tesoro ya había designado al cartel en julio como organización terrorista global especialmente designada, una herramienta de sanciones que provoca aislamiento financiero.
“Probablemente buscan más maneras de justificar una acción militar si deciden avanzar”, señaló Brian Nichols, quien fue el principal funcionario del Departamento de Estado para el hemisferio occidental durante la administración Biden. “Es una designación más política que basada en nueva información”.
El viernes, Trump había dicho que tenía “más o menos tomada una decisión” al ser consultado sobre los próximos pasos respecto de Venezuela. “No puedo decirles cuál es, pero hemos logrado mucho progreso con Venezuela en términos de frenar la entrada de drogas”, declaró a periodistas a bordo del Air Force One la semana pasada.
