ANKARA.– La economía de Turquía se desaceleró más de lo previsto en el tercer trimestre y abrió margen para que el Banco Central continúe con los recortes de tasas, en un contexto en el que la inflación empieza a moderarse, pero aún supera los objetivos oficiales.
El PIB creció 3,7% interanual entre julio y septiembre, por debajo del 4,2% esperado por analistas consultados por Bloomberg. En términos trimestrales, la actividad avanzó 1,1%, superando las previsiones del mercado, que proyectaban apenas 0,5%. En el trimestre previo, la economía había crecido 1,6%.
El Banco Central reanudó en julio el ciclo de bajas de tasas tras una pausa de dos meses, aunque en septiembre redujo la velocidad del ajuste debido al repunte inflacionario. Parte del mercado anticipa que, con los datos de precios de noviembre —que se publicarán este miércoles—, la entidad podría retomar recortes más profundos.
La inflación anual descendió a 32,9% en octubre y se proyecta que cierre el año entre 31% y 33%, aún por encima del rango buscado por las autoridades monetarias.
El gobernador del Banco Central, Fatih Karahan, afirmó la semana pasada que espera una mejora en las lecturas de precios frente a meses anteriores. La tasa de referencia se ubica actualmente en 39,5%, tras el último recorte realizado en octubre.
El Fondo Monetario Internacional señaló, tras una visita técnica en noviembre, que la baja de tasas y una política fiscal menos contractiva sostendrán la demanda en 2026.
Sin embargo, advirtió que, con una economía funcionando cerca de su plena capacidad, la desaceleración inflacionaria podría tardar más en consolidarse y que los datos recientes sugieren que la política monetaria podría no ser lo suficientemente restrictiva para sostener la desinflación.

