BRUSELAS.— Los países de la Unión Europea aprobaron este martes de forma definitiva la amplia reforma de su política migratoria, que refuerza los controles fronterizos e impone un sistema vinculante de solidaridad entre las naciones del bloque.
Reunidos en Bruselas, los ministros de Asuntos Europeos de los países del bloque adoptaron formalmente un conjunto de leyes que conforman el Pacto sobre Migración y Asilo, que entrará en vigor en 2026.
En esa decisión, Hungría y Polonia votaron en contra de todos los textos legales, y por ello fueron adoptados por mayoría cualificada. A su vez, Austria y Eslovaquia votaron en contra en apenas determinados aspectos de la normativa.
Este último paso en el proceso de aprobación y adopción de la reforma en la política migratoria ocurrió a menos de un mes de las elecciones europeas que se realizarán del 6 al 9 de junio, en que todos los sondeos proyectan un avance de los partidos de la extrema derecha.
La reforma había recibido la luz del verde del Parlamento Europeo el 11 de abril, después de una difícil negociación que se arrastró por varios años y provocó evidentes divisiones en el bloque.
El modelo aprobado ahora por la UE establece un procedimiento obligatorio para controlar a los migrantes que llegan a las fronteras exteriores del bloque, donde deben ser registrados para determinar el procedimiento aplicable.
Así, los inmigrantes que no sean aceptados serán retenidos en centros especiales de acogida mientras se determina su expediente en forma acelerada, para proceder más rápidamente con la devolución de esas personas a sus países de origen.
Simultáneamente, determina la implementación de un sistema obligatorio de solidaridad, como forma a ayudar a los países que reciben a muchos inmigrantes y demandantes de asilo, como Italia, Grecia o España.
De esa forma, otros Estados deberán recibir en su territorio a solicitantes de asilo o tendrán que proporcionar apoyo financiero a los países bajo mayor presión migratoria.