ISLAMABAD.— Decenas de millones de pakistaníes continúan este martes luchando contras devastadoras lluvias monzónicas, las peores en tres décadas, que dejaron al menos 1.136 muertos, arrasaron un número no establecido de viviendas y destruyeron cientos de cultivos.
Un tercio del país se encuentra “bajo el agua”, según declaró la ministra del Cambio Climático, Sherry Rehman, que citó una “crisis de proporciones inimaginables”.
Las inundaciones mortales que amenazan con engullir hasta un tercio de Pakistán han dejado daños por más de US$ 10.000 millones, según funcionarios. Al menos 1.136 personas, incluidos 386 niños, han muerto desde mediados de junio. https://t.co/UUE0MZquPH
— CNN en Español (@CNNEE) August 30, 2022
Las lluvias monzónicas iniciadas en junio son «sin precedentes desde hace 30 años», sostuvo el primer ministro Shehbaz Sharif, al recorrer las zonas afectadas del norte, mientras que en el sur, el río Indo, el más importante del país, amenaza con desbordarse.
Hay una enorme operación de rescate en el país, donde la ayuda internacional comienza a llegar lentamente. Asimismo, el despliegue del ejército fue autorizado para ayudar en las operaciones de auxilio y rescate en las zonas afectadas por las inundaciones, informó el viernes el Ministerio del Interior del país en un comunicado.
La ONU y el gobierno paquistaní, que decretó estado de emergencia, lanzarán oficialmente este martes un llamamiento por 160 millones de dólares para financiar la ayuda de emergencia.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) del país confirmó que solo en las últimas 24 horas murieron 119 personas y 71 resultaron heridas.
Las autoridades paquistaníes atribuyen estas lluvias devastadoras al cambio climático y afirman que el país sufre las consecuencias de prácticas ambientales irresponsables en otras partes del mundo.
Más de 33 millones de personas, uno de cada siete paquistaníes, se han visto afectados por las inundaciones y casi un millón de casas fueron destruidas o gravemente dañadas, reveló el gobierno.
Según el último saldo de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), las lluvias han dejado al menos 1.136 muertos desde junio. No obstante, las autoridades aún intentan llegar a las aldeas remotas de las zonas montañosas del norte, lo que podría aumentar el número de víctimas.