TRÍPOLI.- “Condeno con contundencia el ataque aéreo que mató al menos 40 inmigrantes inocentes en un centro de detención en Libia”, escribió Moussa Faki Mahamat, este miércoles en un comunicado divulgado en su cuenta de Twitter.
I strongly condemn the air-strike that killed at least 40 innocent migrants in a detention center in #Libya. It is a horrific crime that must be fully investigated. #Migrants caught in the ceasefire must be protected urgently. My full statement here: https://t.co/EovFASboHa
— Moussa Faki Mahamat (@AUC_MoussaFaki) July 3, 2019
“Es un crimen horroroso que debe investigarse completamente”, subrayó el jefe de la Comisión de la UA.
Mahamat instó a las partes en conflicto a adoptar un “alto al fuego inmediato” que posibilite volver a la “mesa de negociación”, y a “garantizar la protección y seguridad de todos los civiles, especialmente los migrantes atrapados en centros de detención”.
El también exministro de Asuntos Exteriores de Chad pidió igualmente a la comunidad internacional un “esfuerzo humanitario urgente para proteger a los migrantes vulnerables”.
El ataque ocurrió el martes en la noche en un centro de detención en la localidad de Tajura, al sur de la capital libanesa, según informó una fuente médica del Gobierno sostenido por la ONU en Trípoli.
Hafter puso cerco a Trípoli el pasado 4 de abril en un claro mensaje a la comunidad internacional que tenía como primer objetivo arruinar el actual plan de paz.
Desde entonces, se suceden los combates en las áreas rurales del sur de esa ciudad, en una espiral de violencia que ya se ha cobrado cerca de 600 muertos, más de 5.000 heridos y obligado a más de 30.000 familias a dejar sus hogares y convertirse en desplazados.
Los enfrentamientos también han afectado a miles de migrantes, en su mayoría subsaharianos, que permanecen en los alrededores de la capital a la espera de poder viajar de cualquier manera a Europa o que han sido recluidos en centros de detención tras fracasar en el intento.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera al triunfo de los grupos rebeldes sobre la larga dictadura de Muamar al Gadafi.
En ese sentido, desde 2015 tiene dos gobiernos: uno sostenido por la ONU en Trípoli, que apenas controla la capital y algunas pequeñas ciudades al oeste del país; y otro tutelado por Hafter que controla el peso del territorio y la mayor parte de los recursos petroleros.