ATENAS.- Unos 6.000 migrantes refugiados que quedaron a la deriva tras el devastador incendio en el campo de Moria, en la isla de Lesbos, están ya instalados en un lugar habilitado y entre ellos hay 157 casos positivos de COVID-19. Así lo confirmó la autoridad griega este viernes.
Desde el incendio en la noche del 8 al 9 de septiembre, miles de migrantes que vivían en condicione infrahumanas en Moria, dormían a la intemperie en estacionamientos e incluso en el cementerio de Lesbos.
Muchos de ellos se mostraban reacios a entrar al nuevo campamento, ya que temen verse encerrados nuevamente allí durante mucho tiempo sin que su situación legal avance. No obstante, la amenaza de los policías y de las autoridades que advierten no tramitar solicitudes de asilo a quien no entre al campo, hicieron que miles de personas terminaran aceptando.
Este nuevo campo tendrá capacidad para unos 10.000 refugiados. Sin embargo, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) resaltó este viernes que el nuevo campo era una “solución provisional” y que recordó que la estadía de los migrantes en Lesbos debe ser temporal.
Moria fue calificado por defensores de los derechos humanos de todo el mundo como “la vergüenza de Europa”. Las pocas personas que quedaban entre sus ruinas fueron evacuadas este viernes 18 de septiembre.