LISBOA.- Los portugueses portadores de VIH prefieren abastecerse de sus medicamentos en farmacias, en lugar de obtenerlos en los hospitales. Al menos así demostraron los resultados preliminares de un estudio iniciado en 2016 por el Ministerio de Salud en colaboración con la Ordem Dos Farmacéuticos y la patronal lusa ANF, el cual aún sigue en activo y está probando a la botica como canal alternativo a su actual dispensación en hospitales.
El estudio constó de 45 pacientes en tratamiento y 246 oficinas de farmacia, cuyos profesionales realizaron un curso para capacitarse respecto a la experimentación de fármaco. Además, adaptaron sus instalaciones respecto a las necesiades de los pacientes, como por ejemplo zonas privadas para obtener el medicamento. En el último año los pacientes debieron elegir cómo querían atenderse de ahora en adelante: de forma mensual, acudiendo a su hospital de referencia, o a alguna de las 246 farmacias participantes. Y la segunda opción se llevó la mayoría.
El ministro de Salud, Adalberto Campos, dijo al respecto: «Si un paciente portador del VIH, con total información, en consciencia y sin ningún tipo de coacción considera que adquirir su tratamiento en una farmacia le supone mayores facilidades, nuestra obligación es favorecer dicha opción».
El 98% de los participantes optaron por las farmacias comunitarias para retirar su medicación. Solamente un 2% eligió seguir acudiendo al hospital para acceder a sus dosis de tratamiento. Según sostuvieron desde el Ministerio de Salud, los resultados confirmaron que el servicio muestra un alto nivel alta confianza y satisfacción, como por ejemplo en horarios, distancia y cantidad de gente. Por el momento, el estudio seguirá su curso y probará esta metodología en 400 pacientes.