TRÍPOLI.- Al menos 42 personas han resultado heridas, entre ellas 19 soldados, en una nueva noche de disturbios en la ciudad libanesa de Trípoli, principal escenario de una ola de protestas por la agudización de la crisis económica, según un balance preliminar de víctimas recogido por la agencia oficial NNA.
El desplome de la moneda local y el alza de la inflación sumado al desempleo aumentaron la penuria en Líbano, que está sumido en una profunda crisis financiera desde octubre. Las restricciones para frenar la propagación del nuevo coronavirus han exacerbado los problemas económicos.
Durante la noche, los manifestantes incendiaron varios bancos y un vehículo militar. Los soldados disparan al aire y lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma, aunque según testigos también abrieron fuego contra la multitud.
El primer ministro, Hasán Diab, advirtió que las autoridades tienen datos sobre las personas que “están incitando a los disturbios”, ya que considera que hay un “intento de poner a la población en contra del Ejército”. “Lo que está ocurriendo no es inocente”, lamentó Diab.
En ese sentido, el premier denunció que “algunos están aprovechándose del malestar de personas honestas y quemando y destruyendo las calles de forma deliberada”, confiados de que el caos “podría protegerlos” y beneficiarlos”, según el portal de noticias Naharnet.
Diab destacó la voluntad del Gobierno para “resolver la crisis económica y social”, si bien precisamente el descontento con la clase política es también uno de los principales detonantes de las sucesivas protestas registradas durante los últimos meses.
A raíz de los incendios contra sus instalaciones, la asociación bancaria declaró el cierre de todas las sucursales en Trípoli el martes, hasta que se restaure la seguridad, asegurando que son el objetivo de “graves ataques y revueltas”.
“Hay mucha ira entre la gente por la situación económica que viven y el loco aumento del precio del dólar. El poder adquisitivo de los libaneses es inexistente”, dijo Samer Diblis, una de las caras visibles del activismo local.
Tras varios meses de parálisis por falta de acuerdo, los partidos políticos lograron conformar un nuevo Ejecutivo con Diab a la cabeza que recibió la aprobación del Parlamento en febrero, no obstante, esto no calmó el descontento social que reclama medidas más estructurales.